Caminos Inesperados 🌛🌜

capítulo 55

La justicia demora, pero nadie se escapa de ella:

Narración:

El juicio de Neherenia y Aitor, se logró resolver en menos de lo que normalmente se lleva un caso como el que se les acusó. Neherenia intentó por todos los medios librarse, pero no lo logró. Esta vez no estuvo de su lado ninguna gente corrupta que le ayudara solo por dinero.
El abogado que habían contratado, no logró hacer gran cosa. Todo incriminaba a Neherenia y a su esposo Aitor. Todos los delitos cometidos por ambos, no eran poca cosa, como para que con una fianza se resolviera. O para que llegaran a un trato o libertad condicional.

Kakeru Oozora, logró conseguir que a Aitor le dieran cuarenta y cinco años de prisión, por asesinato premeditado, intento de violación, secuestro, por decir sólo algunos. Mientras que a Neherenia, le dieron cadena perpetua. Haber fingido su muerte por cinco años, sumado al secuestro, la extorsión e intento de homicidio, entre otros delitos más, le costó tal condena.
Eso fue devastador para Neherenia. Su vida siempre había sido los lujos, los placeres y la diversión. Y ahora, no tendría nada de eso.

Gracias a la gran eficacia de Kakeru, no fue necesario que a Darien y Serena se les pidiera estar presentes durante todo el tramite y el breve juicio. Con sus declaraciones días antes en el hospital, había sido suficiente. Pues también, y como ya se dijo, a Neherenia la inculpaban muchas cosas más. Asuntos ajenos a Darien y Serena.
Las únicas personas que estuvieron presentes, fueron Nanami y la tía Hanatsuki. Pero para Neherenia que las despreciaba, a una por ser pobre, y a su hermana porque la sigue creyendo una traidora, le dio igual que estuvieran ahí. Ni siquiera había aceptado cuando ambas mujeres quisieron visitarla en los separos para llevarle algunas cosas, y así estuviera más o menos cómoda en la celda. Simplemente, para Neherenia no eran de su agrado sus únicas parientes de sangre.

El día en que formalmente la llevaron a la penitenciaría femenil de la ciudad de México, no dejó de maldecir una y mil veces a Serena, que dicho sea de paso, sabía perfectamente que había sobrevivido gracias a Diamante.
Según Neherenia, Serena era la única responsable de que su vida no dejara de arruinarse. Y ahora su odio por ella era más inmenso de lo que ya solía ser, y se juró que encontraría la manera de hacérselo pagar. Estar presa no le impediría eso...
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Neherenia:

Mi primera mañana en este asqueroso reclusorio! Ayer por la tarde me trajeron, y ya no tolero más este mugriento lugar, comenzando por sus reclusas. Tan solo de mirarlas de lejos, me repugnan! Además de ser corrientes a más no poder en su comportamiento, su aspecto da náuseas; el cabello lo tienen completamente arruinado, que da el aspecto de estar muy sucio y con alimañas entre el. Su pieles están tan resecas, sus uñas descuidadas, etc, que parecen unas brujas! Es un horror para la vista! Si yo llego a quedar así, creo que ese mismo día que lo note me suicidaré. Me niego a ser una más de estas ratas de alcantarilla! Me niego a terminar como ellas. Ya suficiente tendré con convivir cerca suyo, y todo es por culpa de esa maldita cucaracha! Me las pagará! Esto aún no ha terminado!

A pasos lentos camino por el patio de pavimento, ignorando los gritos de las mujeres que juegan basqueball, o simplemente charlan y ríen a todo pulmón, como si no les importaran sus miserables vidas aquí. Así llego hasta a una de las pequeñas mesas, hechas de cemento, al igual que sus bancas.

* pero miren quién por fin se deja ver... Nada más y nada menos que la mayor de las hijas de Soichi Tomoe.

Una tipa osa decir el nombre de mi padre, en un tono que para nada me gustó. Me giro en la baca, preguntándole qué quiere. La tipa es bastante alta. Casi igual que yo. Su horrible cabello lo trae amarrado en una cola, y tiene rasgos muy masculinos.