Capítulo 45

487 64 12
                                    

La cruda realidad:

Narración:

* muchas gracias por todo, Kaito. Por tu paciencia para conmigo, tus consejos y el haber hecho de lado tu vida personal, solo para apoyarnos. Eso no tiene precio. También, quiero pedirte una disculpa por no haberte recordado de inmediato.

Serena y Kaito se dan un corto, pero cálido abrazo. Ambos junto con Darien y los demás, se encuentran al pie del edificio en donde vive Darien con su hija. Era el momento de despedirse, aunque no para siempre.

* no agradezcas, Serena. Para mí, primero están mis pacientes, y además, siempre me agradaste. Para nada fue ninguna molestia dejar todo para estar con ustedes. Al contrario. Y, te estaré esperando en mi consultorio para continuar con las terapias.

Serena un poco sonrojada, asiente y luego se acerca a Elliot, mientras Darien habla un momento con Kaito.

* Elliot, muchas gracias por lo que tú y los Aino hicieron por mí. No tengo como pagárselos.

* para nosotros fue un gusto tenerla tantos años, señorita. Usted no nos debe nada. Y la vamos a extrañar enormemente.

* yo más... No fue nada fácil dejar esta vez sí para siempre la mansión... Por favor, dale a Jedite y a Haruka mis agradecimientos, y también diles que muero por verlos! Deseo de corazón que su familia se recupere; Minako fue como una madre para mí, y quisiera darle las gracias personalmente. Por favor, hacelos saber, sí? No estaré tranquila hasta que sepa cómo están. Hasta que nos demos un 'hasta luego'.

Elliot tragó saliva, e internamente se lamentó, porque eso ya no sería posible. También, aunque hará lo que pide, no sabe si Jedite y Haruka le harán saber la cruda realidad, y lamenta mucho eso, pues no le gusta mentir y menos a Serena, a quien aún sospecha que algo de sangre debe ser de Jedite. No está conforme con lo que ha averiguado. Presiente que detrás de todo, se oculta algo muy grande y oscuro...

* le prometo que le daré su recado; usted no se preocupe y solo concentrese en su hija. Aproveche lo que le negaron, cuando le fue arrebatada.

* claro que lo haré.

Serena lo abrazó con cariño, como si en lugar de Elliot, abrazara a Jedite o a Haruka...

* Kaito, si visitas a Setsuna, por favor, hazme saber su estado. No sé si tenga tiempo de visitarla, pero claro que sigo muy preocupado por ella.

Pidió Darien, con rostro afligido. No le gustaba tener que elegir a qué darle prioridad, pero ni loco haría a un lado lo de Serena. Para Darien, ella y su hija son lo primero.

* así lo haré.

Ambos hombres se dan un apretón de manos, y después, Elliot se acerca nuevamente a Darien para susurrarle algo cerca del oído, aprovechando que Serena está entretenida mirando el gran edificio.

* señor, ahora la señorita Serena está bajo su cuidado. De ahora en adelante, su seguridad y bienestar dependen solo de usted; cuídela bien.

Darien con una mirada seria, asiente. Claro que ahora depende de él, y aunque por el momento no le podrá ofrecer la gran vida que Serena tenía en Nueva York, eso no impedirá que la cuide y proteja con su vida misma.
Después de eso, Elliot y Kaito suben al auto, para cada quien irse a su destino. Elliot viajará esta misma noche a Quintana Roo, para informarle a Jedite personalmente que lo que le encargó, ya está hecho.

Darien junto con Serena, Naiku y la nana, subieron al departamento. No se dijeron nada con palabras, pero las miradas entre Darien y Serena, decían mucho. La mirada de Darien decía lo feliz que estaba por tener de vuelta a Serena en su vida como debe ser, y lo interesante que será vivir juntos. Y la de Serena, decía lo enamorada que continúa de él.
Todo iba tranquilo, hasta que llegaron al piso deseado. Darien abrió su puerta, y justo entonces, Taiki junto a Ikuko dijeron en voz muy alta: »bienvenida Serena«. Estaban que no cabían de la felicidad.

Caminos Inesperados 🌛🌜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora