Warsaw

Arachnophobia 4

Advertencia: Continuación de mi especial de semana pornográfica de mierda. Ya no sé que más decir para que no lean xD

Dave siempre se tomaba su tiempo, a pesar de ser un tipo eficiente, incluso cuando se trataba del sexo, así que fue al baño y se lavó las manos, solamente para que estas dejaran de estar resbaladizas por efecto del flujo. Cuando regresó encontró a Alex buscando su ropa.

-¿Te vas?-Preguntó tomando una botella y un vaso desde una estantería.

-Creo que ya terminamos. – respondió el de ojos cafés.

-¿Seguro que no te quieres quedar?- inquirió acercándole una porción de wiski.

-En lo que a mí respecta, mi noche aún no se ha terminado. -Interrumpió la rubia estirando su cuerpo sobre la cama, con la cara ya despojada de la venda y el cabello alborotado. Claro que tenía sueño y estaba un poco agotada, pero aún quería probar un poco más, así que se puso de pie, para buscar un ínfimo pedacito de chocolate del mismo lugar donde se guardaba el alcohol y se acercó a su esposo para seguir secreteándose con él ante la atenta mirada de Alex, quien daba pequeños sorbos a su trago, mientras deducía que no se trataba de una bebida barata ya que tenía buen aroma y sabor. La mujer volvió a tirarse a la cama, leyendo un libro, recostada de pansa y con las piernas semi flectadas hacia arriba, moviéndolas en un lento pataleo, mientras su espalda se arqueaba hacia arriba en la parte superior ya que se encontraba apoyada sobre sus codos.

Dave se acercó, instándola a través del tacto a mantener una total horizontalidad de su cuerpo, puso algo de wiski sobre su espina dorsal, causando un estremecimiento en la de ojos azules debido al frío, inmediatamente bebió del líquido depositado en su espalda y pasó la lengua por el lugar, luego depositó un poquito de un polvo blanco en la zona de las escápulas, el cual aspiró por su nariz, para procedes a colocar otro poco.

-¿Por qué no me vas a convidar de eso, Dave?- consultó Alex.

-Porque soy tu amigo y esto es algo que te daría si te quisiera cagar. - Respondió cortante, e inmediatamente inhaló la sustancia. Alex se sintió más impresionado por el uso de la palabra amigo más que por la entonación empleada o por la negativa. -¿Has practicado el sexo anal alguna vez?- Indagó.

-No.- respondió con expresión de horror el de oscuros cabellos, pero no se fue.

-¿Seguro que tienes la fuerza suficiente para esto, cariño?-

-Claro que sí, si no estuviera segura no te lo pediría. -

- Entonces, ¿por qué tuviste que pedirme ayuda con el frasco de mermelada en la mañana, amor?

-Eso es una fuerza diferente, Cállate de una buena vez. –

El pelirrojo rió un poco por lo de Caroline y la cara que puso su subordinado. - Me refiero a si se lo has hecho a alguna mujer, no te estoy ofreciendo metértela por el culo. – le miró de reojo solo para observar su enrojecido rostro.

-Tampoco. Creo que soy algo conservador, tal vez. -

-Yo me encargaré de esa parte, Caroline. – La mujer se acercó a Dave que se encontraba sentado en un costado de la cama y mediante besos y caricias lo recostó en la parte de la cama en que lo necesitaba, cuando vio que estaba erecto le puso otro condón y se montó en posición vaquera sobre él, una vez penetrada se mantuvo quieta, solo le estimuló contrayendo y relajando los músculos de su vagina a fin de que ambos pudiesen distraerse un rato. Dave se le acercó volviendo a vendar sus ojos, hizo andar un metrónomo, el mismo que a veces utilizaban para practicar con el piano de la sala de estar e hizo descender el torso de su mujer, quien abrazó a Alex, acarició su zona anal, puso mucho lubricante, la preparó, luego la penetró analmente siendo muy cuidadoso, ella aspiró pesado, dividiendo una inhalación en dos respiraciones rápidas y profundas en un sonido que hacía difícil distinguir entre el placer y el gimoteo; y el ojizarco finalmente hablo.

-A mí la doble penetración se me hace algo arriesgado, pero como nunca te digo que no, mi vida... Vayan con calma, esto solo va a ser seguro si hacen lo que yo les digo y mantenemos el ritmo. Que lo disfruten.