Warsaw

shitpost

NA: smut penca, lo escribí la semana pasada, no lo iba a publicar, pero lo hago porque no tengo ganas de escribir. sean felices. 

Quiasco, heterosexualidad xD

Ella recordaba el pasado, a pesar que cuando conoció a Dave no era virgen, de hecho se había acostado con al menos 3 personas antes y ya habían tenido sexo antes de casarse, tenía una cosa clara, si bien en la noche de bodas, como reza el modismo, no la desfloró, lo que sí hizo fue deshojarla, pétalo por pétalo, hoja por hoja, capa por capa.

El pelirrojo era un fanático de la experimentación, la tumbó en la cama, ella estaba somnolienta y cansada, él comenzó a darle pequeñas caricias que abarcaran cada centímetro de su cuerpo comenzando de forma distal, con pies y manos, algunos toques producían cosquillas, otros, novedad por ser partes que nunca nadie le había tocado.

De pronto se sorprendió a sí misma soltando pequeños quejidos y casi inaudibles suspiros que eran los sonidos más dulces que el oído de Dave habían oído, el sentir como temblaba a su tacto le parecía un premio.

Caroline jamás se esperó que una caricia así de suave en su cintura se sintiera tan bien, tanto como los pequeños besos que a la vez le eran depositados en el bajo vientre.

El de ojos azules pasó su pene ya erecto tan cerca de su vulva que pensó que al fin la penetraría acabando con esta calentura que ya comenzaba a sentirse como ardor, sin embargo, solo avanzaba para encontrar una posición que le permitiera masajear su cuero cabelludo, y mordisquear levemente sus oídos para después susurrar – Quiero follarte justo ahora, pero las cosas buenas son para los que saben esperar, supongo.

Luego, le ayudo a incorporarse, se acomodó detrás de ella, sentado con las piernas abiertas, tan cerca que ella podía sentir su erección rozar con su espalda baja, solo para besar su nuca, desde allí extendió sus manos para acariciar la cara medial de sus muslos, estímulo que su cerebro asoció con la sensación que se tiene cuando se acoge a un amante enredándolo en medio de tus piernas y deseó intensamente ser follada de forma salvaje, sin embargo Dave seguía sin complacerla, quitó sus manos y las llevó a los pechos de la rubia, dejándolas quietas solo para que ella pudiese contrastar la tibieza de sus manos con el frío que ya había comenzado a disminuir un poco su temperatura corporal, luego masajeo en círculos y apretujo gentilmente mientras le besaba el cuello. Luego se acomodó entre medio de sus piernas, instandola a que se volviera a recostar, le hizo sentir la cabeza del pene rozar contra sus ya húmedos labios, pero él retrocedió su cadera y comenzó a succionar y besar su pezón izquierdo con hambre real, luego estimuló el otro lado con pequeños mordiscos y lamidas, luego subió dejando pequeñas mordidas, besos húmedos y marquitas en un camino hacia sus labios que pasó por su pecho, el cuello y el mentón, una vez juntaron los labios Dave empezó un beso suave al que la rubia, humeando en deseo decidió agregar intensidad abriendo la boca y pasando su lengua por los labios contrarios , logrando al fin contactar con la lengua contraria, sobándola con pasión.

Dave volvió a descender sus besos y  sujetándola desde los glúteos comenzó a besar los labios de su vagina haciéndola sentir calor y mariposas en el estómago que aumentaron cuando noto como los dedos largos del pelirrojo acariciaban la zona del perineo y el interior de su trasero.

Ella solo podía gemir en señal de aprobación, porque el sexo oral le estaba gustando. -Para. – pidió cuando se sintió encaminada al orgasmo.

-¿Qué sucede?- dijo alejándose inmediatamente de su entrepierna, para pararse e intentar abandonar la habitación.

Ella solo quería pedirle que la penetrara como una bestia, que la dejara cabalgarle encima del pene, pero no encontró las palabras para eso, mas cuando hicieron contacto visual estando él ya de pie, ella le tomó de la mano, le miró con una expresión de veras caliente, le hizo sentarse al borde de la cama, le miró a los ojos, se situó justo encima de él, le sujetó el pene con una mano, lo introdujo al interior de su húmeda, tibia y humeante vagina lentamentes y comenzó a cabalgarlo como si de verdad la vida se le fuera en eso, con el sonido obsceno de las pieles que chocan y la marquesa de la cama que sonaba como si no fuese a resistir tal intensidad.

Mientras tanto el pelirrojo gozaba del sonido de los intensos gemidos que podrían haberse confundido con gritos de dolor si no pudieses ver sus ojos cerrados, el cuello extendido y esa expresión concentrada de total disfrute, comenzó a subir la cadera buscando llegar más profundo, luego intercambiaron lugares y el volvió a penetrarla de forma lenta, para luego dejarse llevar, subiendo la intensidad y haciendo a la joven venirse en un orgasmo acompañado de gemidos desesperados.