Should i?

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Su prisa por llegar a ver a su amado era tal que incluso se dio el lujo de tomar un taxi que le llevara a la terminal de autobuses y otro que le llevara desde el rodoviario de destino hasta la vieja casona en la que vivía Damon, al llegar se apresuró en llamar a la puerta, confiado de que el otro estaría allí para recibirle.

Fue atendido por la señora dueña del inmueble, quien ya lo conocía y miraba con cierta suspicacia e inmediatamente le informó de la ausencia del rubio, el moreno se despidió, tomó asiento en la escalera del portal y procedió a esperarlo por más de dos horas con mucha paciencia hasta que apareció junto con el atardecer. Cuando le divisó se puso inmediatamente de pie acaparando su atención.

-¿cómo conseguiste venir un día que no sea viernes? – consultó Damon en forma de saludo con una sonrisa mientras le abrasaba .

- Hola. – respondió Graham sin mucho ánimo.

- ¿quieres ir a pasear por ahí? – Preguntó Damon con deseos de ir a caminar en compañía de su amado.

- No, Dames, preferiría que entrásemos y fuésemos a tu cuarto.

Entonces el mencionado tomó sus llaves, abrió la puerta y ambos de introdujeron a la casa ante la mirada de la misma mujer que había atendido a Graham y que ahora dedicaba a ambos una mirada de reproche que ellos ignoraron subiendo la escalera con lentitud.

-Toma, Toma Asiento. – Invitó el anfitrión, pero Graham solo se limitó a abrasarle aferrándose a él por largo rato, tanto tiempo que incluso llegó a incomodar al rubio. -¿quieren un poco de agua? – invitó.

- ¿te he dicho alguna vez que te amo y lo bonito que eres? – dijo el castaño con desesperación.

- Claro, mi cielo, pero siempre me ha encantado escuchar cuando me dices cositas lindas. – aclaró en tono coqueto.

- Pues te amo y siempre te amaré y aunque me muera te seguiré amando porque has sido él único, ¿me entiendes?, eres el único que vale la maldita pena.

- ¿qué sucede Grah? – indagó Damon mientras le apartaba para observar su rostro sospechando de que algo malo le ocurría al otro.

- Nada, en serio. - dijo apartando la mirada. Para luego besarle de improviso, pero el de ojos azules le apartó.

- Estás raro, en serio que necesito que me digas por qué has venido un día de semana, ¿sigues trabajando en casa de esa mujer que te obligó a venir aquí?

- Sí. y ahora me sentía caliente y excitado, el otro día me quedé con ganas de más. Hazme el amor rápido, bebé, por favor – otra vez miró al suelo.

- No, Graham. Sé que hay algo y si no me lo dices en este instante te invito cordialmente a que te vayas de una vez, no quiero secretos entre nosotros, sabes que puedes confiar en mí.

- Mañana me voy a la guerra y tengo mucho miedo, Dames. – pronunció mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. – Te amo, bonito.

- Quédate conmigo, no tienes por que ir. – sugirió mientras le envolvía en un abrazo apretado.

- No hay opción Damon. –

- puedes desertar, huir. Vámonos, huyamos al otro lado de la frontera... - comenzó a proponer El rubio siendo interrumpido.

- No, no hay opción, si renuncio me matarán, a demás has de saber que todas las malditas fronteras están cerradas.

- Solo sé que esa guerra es simplemente para favorecer a los que tienen dinero, pondrán sus putas mineras en aquella tierras, tal vez las usen para sacar provecho de sus árboles, pero ninguna persona normal, ninguno de nosotros tendrá beneficio alguno, no si siquiera tú que estás arriesgando tu vida por proteger los negocios de esos bastardos.

- No tengo opciones, ya estoy en esto. Sí me amas, tómame, aprovecha la última vez que vas a tenerme y hazme tuyo, fóllame como si no hubiese un mañana, porque no lo hay. – dijo intentando desvestir al otro quien se resistió.

- Voy contigo entonces. – Dijo con determinación.

- No hay manera. No te expongas.

- Es lo que te he intentado hacer entrar en cabeza, pero si vas, yo voy a ir. Que te quede claro. Muchos me han comentado que se aceptan voluntarios, para muchos muertos de hambre la paga es considerada buena. – Graham intentó besarlo, pero el rubio no lo dejó.

- Fóllame, Dames.

- No Graham, no te haré el amor porque esta no va a ser la última vez que nos veamos. – Sentenció.

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