C&D

47 3 1
                                    

Caroline se alejó del lugar donde previamente había dejado a Graham y decidió ir caminando a su hogar. Se encontraba a medio camino cuando de pronto sintió unos pasos detrás suyos y que una voz masculina le habló.

- Hola, ¿tienes hora? – le pregunto.

Ella le miró fugazmente y le saludó – Hola. No, no tengo reloj. –

El hombre siguió caminando detrás de ella. – Eres muy linda, jamás había visto una mujer tan despampanante como tú.

- ¿Gracias? - respondió con notable incomodidad.

- ¿tienes novio? – preguntó él

- No. – respondió ella sin planificar bien su contestación.

- Podemos ir a tomar algo, yo te invito, preciosa.

- No, gracias. De verdad que no deseo absolutamente nada. – El hombre la jaló de la muñeca con violencia para que se volteara a verle, acarició su mejilla con su mano libre e intentó acercar su rostro al de ella siendo esquivado.

- Sabes que a mí nadie me dice que no y vas a hacer las mierdas que yo te diga que hagas o voy a matarte. – ella por algún motivo sintió miedo y se paralizó mientras el hombre la abrazaba asquerosamente para susurrarle. – Vas a acompañarme hasta esos matorrales de allá. – dijo mientras apretaba el trasero de Caroline quien aún no podía reaccionar del todo. – Tengo este cuchillo. - dijo mostrándoselo. - y si te resistes mañana te van a encontrar muerta. – amenazó besando el cuello de Caroline mientras esta temblaba rígida y unas lágrimas aguaban sus ojos impidiéndole ver con claridad.

Dave observaba la escena lo suficientemente cerca como para saber que Aquella rubia era su esposa, pero lo sobradamente lejos como para no poder comprender lo que ocurría. Miraba el cuadro un poco dolido, un poco atónito y lleno de celos, Todo lo que él podía ver era a su mujer en compañía de otro hombre que la abrasaba, besaba, manoseaba y le hablaba de cerca, a aquella distancia no podía percibir la desesperación ni el estado de shock de su chica de ojos azules.

Una parte de él rogaba por irse y no torturarse mirando aquel desagradable es espectáculo, mas la otra decía que se lo merecía

El varón jaló el brazo de Caroline, pero ella intentó soltarse de su agarre haciendo que él enfureciera. – ¿Por qué mierda te haces la estrecha ahora si de seguro eres la más puta de todas? – dijo elevando la voz.

-Suéltame. – rogo con un hilo de voz mientras aquellas palabras resonaban en su cabeza, no era la primera vez que alguien se lo decía.

- Si no quieres tener sexo, ¿Por qué mierda sales sola y con esas pintas?

- No, yo no...-

- ¿Para qué mierda me provocas si luego no quieres? – dijo el hombre mientras introducía su mano debajo de su vestido para tocarla indebidamente.

- ¡No me toques!, me das asco – Dijo la rubia con mucha aversión.

- ¡Voy a violarte y luego voy a matarte por perra! – Amenazó el hombre con furia mientras jalaba de su brazo con brutalidad para llevársela de aquel lugar

- ¡Qué alguien me ayude! – Gritó Caroline mientras intentaba inútilmente soltarse de su agarre con mucho miedo y sintiendo claramente el sonido de su corazón retumbar en sus oídos.

Dave simplemente corrió, corrió lo más rápido que pudo y empujó al agresor haciendo que tanto él como su esposa cayeran, luego comenzó a patearle con furia, cegado y olvidando por un momento la presencia de la otra en el lugar, solo un quejido producto de su llanto fue capaz de sacarlo de aquel estado, miró su rostro cargado de pena y ese instante fue suficiente para que su contrincante huyera, notó que corría, pero en vez de perseguirle, simplemente se acercó a Caroline abrazándola. Ella ante su abrazo comenzó a llorar muchísimo más fuerte, pero sintiéndose algo más segura gracias a su compañía y deseando que jamás la soltase de su abrazo ni la volviese a dejar sola.

WarsawDonde viven las historias. Descúbrelo ahora