Tenía diez y siete años, estaba a tres meses de cumplir los diez y ocho, llevaba algo más de un año caminando, tentándose cada que pasaba por un puente, cada que pasaba por un viaducto en su camino.
"¿Qué posibilidades había de morir?", se preguntaba, siendo su único temor el intentarlo y quedar con vida, peor aún, con secuelas.
Era verdad que desde que había ingresado a la academia militar se sentía más libre, en el sentido de que ya no debía convivir con sus padres y estos ya no le trataban tan mal, pero de igual forma su rigurosidad le hacía sentir aplastado.
Cada mañana era un martirio, levantarse de la cama, hacerla, tomar una ducha y desayunar le tomaban un esfuerzo enorme que parecía comerse cada resto de energía que le quedaba.
Las noches significaban otra clase de tortura, estar en silencio, acompañado solo de sus pensamientos desagradables sin poder conciliar el sueño hasta altas horas de la madrugada y sin siquiera tener un poco de intimidad para llorar tranquilo en aquella habitación de literas que compartía con otros siete hombres.
Un día se sintió muy decidido y dispuesto a correr el riesgo, observó la lejanía del subsuelo bajo sus pies, suspiró, y el denso olor a tabaco que percibió hizo que se sobresaltara un poco, ¿Sería acaso su padre?
-¿Qué tanto miras, niño?- le consultó la voz de un hombre que a primera vista le apreció el genio rodeado de humo que sale de una botella.
-Oh, nada, yo... eeehhh- Intentó responder.
-¿No te enseñó tu madre que no debes caminar mirando el suelo? Y mucho menos uno que está más abajo.- rio mientras aspiraba de su cigarrillo.
- Yo solo... solo... miraba el paisaje... la gente se ve pequeñita desde acá, solo eso...
El otro se aproximó a la orilla con expresión pensativa. -¿te apetece?-
-¿Qué cosa?- preguntó sintiendo casi que el otro podía leer sus intenciones.
-Un poco de esto. – dijo apuntando su cigarro a medio camino – Aunque puede que lo que quieras ahora es estar allí con alguno de ellos y no aquí solo o capaz y solo te gusta sentirte superior a ellos, ¿cómo saber si no sale de tus labios?
-No fumo, gracias. -
-¿Pero por qué?, ¿no te relaja?, es una gran forma de quemar... el tiempo, el dinero... la vida...
Dave no quiso dar los motivos que estaban ocultos en su cuerpo, así que se dispuso a emprender el camino a casa.
-Te acompaño, no vaya a ser que tu torpeza te mate antes de llegar a destino- dijo el de ojos azules, utilizando el doble sentido, ya que él sabía perfectamente las intenciones de Dave, Lo había visto otras tardes rondar por ahí y de hecho, en esta ocasión y en todas las anteriores, él había venido a lo mismo, pero esta vez decidió hablarle movido por la compasión. – Ian. Ian Curtis. un gusto- dijo extendiendo su mano.
- David Alexander De Horne Rowntree.- respondió tomando la mano contraria y agitándola.
-¡Joder, sí que has de ser un chico importante con semejante nombre!- Se burló Ian, provocando que el pelirrojo sonriera.
Al llegar a su hogar, el hombre alto se despidió con un abrazo y Dave pensó que, si el amor a primera vista existía así era como se sentía.
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Warsaw
FanfictionDavlex, Gramon, Gramonlex. Una porno bien larga. Capítulos cortos. ¿Qué es el hombre si no un animal?, ¿qué es el animal si no una pila de huesos y carne controlados por hormonas, electricidad y sangre, buscando nacer, tener sexo, satisfacer sus ins...