Sin nombre

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-Tenemos que hablar. – Dijo Dave con tono amable, tomando asiento en el escalón de cemento que se encontraba a oscuras en aquel instante en que el sol de mediados de la primavera a penas alumbraba solo un poco, abrió sus piernas e invitó a Graham a sentarse en el espacio vacío que quedaba entremedio de estas.

El de lentes obedeció dejándose abrazar como tantas otras veces. – ¿de verdad lo amas? – consultó estrechándole entre sus brazos.

-Eso temo. – respondió Graham

– Ese tipo de cosas son muy mal vistas acá, pero nadie tiene por qué enterarse, ya pensaremos cómo solucionar eso. - señaló el pelirrojo mientras le soltaba para comenzar a masajear sus hombros estrujándolos un poco. – Vaya, estas muy tenso. Quítate eso para que pueda deshacer esos nudos. – expresó bajando sus manos a la espalda baja del contrario para comenzar a subir su camiseta.

Graham dócilmente subió sus brazos para permitir que el otro la quitara.

El de ojos azules le descontracturó los hombros con éxito, pero de pronto comenzó a besar la nuca y el cuello del más joven, quien se tensó al sentirse incómodo y que aquello no estaba del todo bien. Era extraño, ya que su mente no apetecía del exceso de cariño por parte de su superior, pero su piel no lo sentía tan desagradable, parecía tener electricidad en la punta de los dedos mientras tocaba más de la cuenta, todo lo que quería era irse, en el momento más incómodo, cuando Dave provocó que ambos se pusieran de pie, adelantó su cadera pegándose a él por detrás haciendo al otro sentir claramente como su pene aún sin erectar rozaba su trasero.

Aquel acto paralizó por completo a Graham que no supo como reaccionar ante aquello.

Por fortuna Alex llegó justo a tiempo, por casualidad atravesó el portal observando la escena, sintiendo una mezcla de cosas, comenzando por el dolor de cabeza, que su cerebro se hinchaba y presionaba contra su cráneo, que algo había en el centro de su pecho, entre medio de sus pulmones que molestaba en sobremanera, eso eran celos horribles y una especie de preocupación por Graham, una que iba más allá del miedo de perder al hombre que amaba.

Inventó una excusa, caminó a paso rápido en dirección a Dave y tocó su hombro. El de ojos azules sintió real pavor en aquel instante, pero al ver que simplemente se trataba de Alex, su sangre al fin pudo volver a su sitio.

- Creo que olvidé poner llave a la puerta debemos marcharnos pronto. – fue todo lo que su cerebro le permitió pensar.

Graham aprovechó la oportunidad para alejarse del pelirrojo, miró al hombre alto con expresión como de tratar de decir algo o pedir disculpas, pero no salió ni una sola palabra, solo pudo abrir su boca. Tomó su remera, se la puso velozmente y se despidió toscamente para salir a paso rápido en dirección a su habitación.

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