Castigo

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Graham llegó a la oficina de Dave algo avergonzado, algo tímido, humillado, jalado del hombro por un superior que le ganaba en tamaño y fuerza. En su mejilla izquierda la marca de un golpe que ya comenzaba a inflamarse y que pronto cambiaría de color junto a una pequeña herida que parecía estar acompañada de un cortesito, la puerta fue abierta con rudeza, y el chico empujado con violencia hasta caer sobre el escritorio del pelirrojo que permaneció sentado, observando el panorama, ya había sido informado de lo ocurrido y se le había pedido de favor encargarse de disciplinar al chico.

Cuando Alex se enteró que Graham había peleado con un sujeto, rompió algunas cosas y como guinda del pastel mordió a alguien, le pareció muy divertido, no podía imaginar que el joven con quien conversó hace algunas noches y que parecía tan blando fuese capaz de mostrar tal grado de agresividad, pero ver la brusquedad con la que lo estaban tratando hizo que la situación perdiera la gracia de golpe, puso de pie inmediatamente con la intención de socorrer al muchacho, pero el de ojos azules lo detuvo solo con su mirada, estuvo en pausa por largos minutos mientras esperaban a que el enfurecido hombre que le trajo dijera lo que tenía que decir, se descargase y abandonase la sala dando un portazo, en cuanto lo hizo Alex se acercó a ayudarle para que se pusiese de pie y tomara asiento, ya que todo ese tiempo se lo pasó son la cabeza aprisionada contra la superficie del buró con el torso también allí encima, le aproximó su vaso de agua y se acomodó en una silla a su lado.

Era claro que a pesar de todo su orgullo era grande ya que no miro al hombre que le auxilio, ni siquiera le dio las gracias, solo permaneció en silencio con el rostro enrojecido por el enojo, aun así este sacó su pañuelo, lo mojó e intentó limpiar un poco ese rostro machucado. -¡Auch!- se quejó el de suave voz haciendo sonreír al otro, todo ante la atenta mirada de David, quien aún no le dirigía palabra alguna, pero que se encontraba notoriamente sorprendido de que el menor aun conservara las gafas intactas.

-¿Por qué hiciste eso, muchacho?- Consultó el de cabellos rojos, recibiendo como respuesta absoluto silencio. - ¿Sabes por qué estás aquí?- prosiguió, más todo lo que sus oídos captaron fue el sonido de las gotas de lluvia que caían en el exterior. -¡Tú a mí me miras cuando te hablo y me contestas lo que te digo!- prosiguió esta vez en furia, tomándole el mentón con fuerza, obligándole a hacer contacto visual.

-Sí, señor. - respondió cediendo ante la presión.

-Te quedas aquí hasta que vuelva. - sentenció abandonando la oficina.

-Sí, señor.

- ¿Qué sucede, Graham?, cuéntame por qué estas así. - interrogó Alex con una voz que expresaba su preocupación.

-Estoy harto- pronunció en un tono tremendamente lastimero que llevó al contrario a posar su mano gentilmente sobre él, acariciando, palmeando, finalmente dándole un abrazo, el cual aprovecho para sentir el calor de su cuerpo.

Dave volvió, sigiloso como siempre, presenciando el hecho con interés, a penas notaron su presencia, ambos se separaron en el acto.

-Vamos a hacer la ronda nocturna por las calles. Nos vamos ahora.

-¿Puedo ir a buscar mi chaqueta, señor?-

-Dije que nos vamos ahora.

-Pero no ha cenado ni dormido. - intentó interceder su asistente.

Lejos de perder la paciencia ante una posible repetición por tercera vez de algo que ya había dicho, se acercó gentil a su interlocutor, posó una mano en su hombro, con la otra acarició su mejilla. -Alex. - pronunció bajo, casi como un suspiro mientras le miraba dulce, enternecido por sus buenas intenciones, pero dejándole en claro quien mandaba, luego se alejó tomo su abrigo y se retiró en compañía de Graham quien salió vestido simplemente de polera, pantalones y las botas del uniforme, nada más.

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