Warsaw

Denegado

Graham volvió al cuartel, Damon se rehusó a ir a dejarle, incluso a besarle, de noche durmió tal vez un par de horas entre arreglar sus cosas y pensar en la muerte, la cual le estaba esperando, en todas las personas a las que tendría que matar y en lo poco dispuesto que estaba a realizar esa acción. Se subió al camión y en el recorrido casi ni podía controlar su cuerpo ni su corazón que se agitaba fuertemente.

El medio de transporte estaba lleno de chiquillos jóvenes que no habían vivido prácticamente nada y que tampoco sabían mucho.

Damon se aproximó tempranamente al cantón de reclutamiento, llenó la forma que se le entregó, y pronto fue al examen médico, allí estaba Dave quien le observó con mirada seria y sin pudor, Aquel era el cuerpo al que Graham tanto privilegiaba, no era mejor que él, solo era distinto, aprovechó que el doctor salió en búsqueda de guantes y precedió a hablar.

- ¿Por qué te interesa unirte a nosotros, Muchacho? – preguntó y sabiendo la respuesta.

- Porque considero que no debemos ceder un centímetro de terreno a esos bastardos. – mintió.

- ¿Piensas que soy imbécil?, por seguro que has venido porque el idiota de tu noviecito se irá a luchar y quieres defenderlo. Qué bonito sería enviarte allí y que te mataran a ti primero, así ya se puede acostar con todos sin interrupciones. – Rio levemente.

- Por favor, deje de hablar mierda. – exigió y pronto entró el médico quien le hizo terminar de quitarse la ropa interior para quedar completamente desnudo.

Dave siguió observando. El maldito tenía el pene más grande, tal vez eso era. Esperó que el médico terminara las palpaciones y de rellenar el informe tipo y pidió al profesional que se retirara.

Echó un vistazo superficial al documento que decía que el joven estaba completamente apto para ir a pelear, lo adjuntó a otros papeles y lo selló como rechazado.

- Me parece mejor plan mandarlo a morir solo y dejar que te quedes aquí en tu miseria esperando a alguien que jamás llegará. Sal de aquí, dijo abriendo la puerta y empujándole.

Damon se resistió. – Pero si el informe dice que soy completamente apto.

- Y me importa bien poco. Yo soy el encargado de esto y yo sé lo que hago.

El rubio intentó golpearle, pero el otro le pudo detener eficazmente y pidió a los guardias que lo expulsaran del lugar, cosa que hicieron, dejando al de ojos azules en el portón del recinto.

Caminó ardiendo de ira e impotencia tratando de idear alguna estrategia y la solución era bastante sencilla, si habían grupos a los que le convenía ir a la guerra, habían otros que no y allí estaban, buscando a los estúpidos que estuviesen dispuestos a manifestarse por una conveniente paz.

Fue a aquel lugar donde la gente fingía luchar utilizando la mente y su plan funcionó, ellos le financiarían en la peligrosa y absurda misión de ir a la frontera, solo debía esperar unos pocos días o tal vez semanas. No sabía.

Mientras, Graham llegaba al frente, el ambiente en un principio no parecía tan duro, tal vez era por la costumbre que había agarrado de ver a muchos uniformados juntos, pero los lugareños, gente rural, notaban que el ambiente agitado.

Primero le tocó instalar minas antipersonales, cosa que agradeció porque le daba pavor tener que disparar a alguien, aunque su conciencia aún se agitaba pensando en los pobres incautos que caerían víctimas de aquellas trampas, pero se consolaba pensando en que tal vez nadie las pisaría nunca.