Apuesta equivocada

Daño irreperable

Mientras todo esto pasaba por la mente de las dos mujeres, Natalia continuaba trabajando con la colaboración de la enfermera

N: Bueno... pequeña esto está muy bien ahora vamos a llevarte a hacerte una prueba y si todo está como espero, te dejaré estar con tu tía y tu abuela (la miraba sonriendo los ojos de Alba atravesaban el cristal y se clavaban en ella, los presentía juzgándola de manera dura impasible, sabía que aquella actuación suya, habitual, para Alba no representaría la realidad, siempre pensaría que lo que estaba haciendo era para ganar su simpatía, cuando buscó aquellos ojos que la juzgaban, suspiró). Voy a avisar a la familia para que nos acompañen. Ve preparándolo todo.

Rosa: De acuerdo Natalia.

Tomo aire para poder hablar con Alba, quería ser lo menos dura posible, aceptar aquella mirada y respetar su decisión sobre odiarla. Al menos sabía que debía luchar y no le iba a ser fácil. Con esos pensamientos salió y se paró delante de las dos mujeres que con los mismos ojos, la miraban de manera diferente.

N: Vamos a hacerle unas pruebas, si todo sale tal y como sospecho podré pasarla a una habitación y podrán estar con ella

En: Gracias a Dios

N: Si quieren pueden esperar en mi despacho, en cuanto tenga los resultados, les comunicaré el estado real de Natali (trataba de mirar a ambas pero sus ojos se iban sin remedio en busca de Alba)

En: Doctora

N: ¿Sí?

En: Gracias por salvar a mi nieta

N: No me las dé, tan solo cumplo con mi trabajo (volvió a dar una última mirada a Alba y se marchó con paso decidido)

En: ¿Has oído Alba? (sonrió juntando sus manos sobre el pecho)

A: Sí mamá... no debiste darle las gracias total para como te ha contestado

En: ¿Hija te pasa algo con esa doctora?

A: ¿Por qué lo dices?

En: Por como la miras, no me gusta ver nuevamente esa mirada

A: No me pasa nada mamá, anda vamos al despacho de la doctora (su voz salió envuelta por un gran malestar que hizo que su madre pusiera un gesto de desacuerdo con ella).

Cuando Jose llegó a la sala donde aguardaba Natalia con los resultados de la niña en la mano, lo hizo con el gesto serio, ella que lo conocía sobradamente, omitió su expresión y le habló

N: Te he llamado porque quiero que mires esto, parece que el golpe haya podido afectar a uno de los oídos

J: Eso parece o puede ser una malformación de nacimiento.

N: Sí, por lo que sé, la madre era heroinómana, no estoy muy segura de todos modos ha sido algo que no se veía con claridad por el hematoma

J: Sí, y no creas que resulta fácil verlo ahora (le dijo a modo de felicitación).

N: Como sé que no queréis que me acerque a la madre (apuntó con un poco de tono borde) Te lo comento para que se lo expliques.

J: Que complicadas sois las mujeres (la miró juntando las cejas) Mira me importa un pimiento lo que tengas con la madre, ahora mismo vas a ir allí y lo vas a explicar, tú eres la pediatra .

N: Cruz...

J: Cruz está en quirófano, tiene para horas... así que vamos

N: Gracias (le sonrió)