La razon y el corazon

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Marta: ¡Qué stress por favor! (murmuró)
Taxista: Si el tráfico es horrible (le contestó el taxista)
Marta: ¿Qué? (respondió sin entender lo que le decía)
Taxista: El stress
Marta: Ah sí, sí. Inaguantable, no sé si me creerá, vamos que a mí, me va a dar un ataquito que ya veremos...
Taxista: Ya estamos, son doce euros con noventa
Marta: ¿Doce?, ¿está usted seguro?
Taxista: Y tan seguro
Marta: Joder como están en este pueblo los precios (masculló mientras le daba trece euros y el taxista se hacía el remolón) ¿Y las vueltas?
Taxista: Aquí tiene (le dijo un tanto mosqueado)
Marta: Estamos como para encima ir dando propinas

Bajó protestando del taxi, después quiso sacudirse un poco los pensamientos de su amiga, para poder saborear la noche tan maravillosa que había pasado con su argentinito. Abrió la puerta y vio encantada que Elena estaba allí, con chándal y tomándose un zumo de tomate. Ésta al verla fue hasta ella y sin apenas saludarle le dijo

Elena: ¿Viene mi hermana?
Marta: Hola marta, ¿qué tal estás?, me alegro de verte... vamos que... no estaría de más mona
Elena: Perdona es que me ha pasado una cosa muy fuerte
Marta: Deja que me dé un trago de agua que vengo con la garganta seca, tu hermana viene en un rato
Elena: ¿Tú también?
Marta: Sí, he tenido una aparición
Elena: Espero que buena...
Marta: ¿Desde cuándo las apariciones son buenas? (la miró expectante)
Elena: Joder Marta... que creo que he metido la pata
Marta: ¡Uy que raro!, tú eres especialista en eso, ¿aún no recuerdas cuándo le preguntaste a tu hermana si había estado con Julia delante de Fernando? (la miraba un tanto burlona)
Elena: No me lo recuerdes, creía que se armaba la tercera Guerra Mundial
Marta: Pues venga, sorpréndeme (se sentaron en el sofá)
Elena: No sé muy bien como explicarte esto, espero que tú me puedas ayudar
Marta: ¿Estás embarazada del jornalero aquel? (le preguntó con tranquilidad)
Elena: No mujer, es sobre natalia
Marta: ¡Natalia!, nuestra " natalia "?
Elena: Eres la hostia
Marta: No nena, es que si no me lo tomo con un poquito de humor, acabaré echándome a la bebida
Elena : Bueno... no vaya a venir (le dijo apurada) ¿A qué no te imaginas a quien he visto hoy?
Marta: ¿A qué sí?
Elena: Imposible (le dijo con una sonrisa un tanto escéptica)
Marta: A Alba la chica de la fiesta
Elena: ¿Joder cómo lo sabes? (la miró perpleja)
Marta: Porque Albita se lo ha dicho a tu hermana
Elena: ¿Así que ellas están juntas?
Marta: Pues va a ser que no, guapa, y menuda has liado (la miró con ojos acusadores)
Elena: ¿Qué ha pasado entre ellas?
Marta: Eso te lo tiene que contar tu hermana
Elena: Joder Marta, que ella no me lo va a contar
Marta: Pues entonces ya sabes... (elevó sus hombros mientras volvía a beber)
Elena: Si ya sé, tú nunca dices nada de lo que te cuentan, lo sé, lo sé, pero esta vez podrías hacer una excepción, anoche Natalia me dijo que Alba era la mujer de su vida, y hoy cuando le he dicho que mi hermana siempre consigue a la mujer que quiere, ¡no veas parecía que me iba a matar!
Marta: Evidente (carraspeó) Bueno quiero decir... ellas no están juntas
Elena: Eso me ha quedado claro, pero ¿qué ha pasado?, sé que en la fiesta pasó algo, lo sé, mis padres también, lo que pasa es que Maria es como tú y siempre andáis cubriendo las espaldas de mi hermana
Marta: Nadie cubre sus espaldas, tus padres que son unos mal pensados y siempre piensan que Natalia ha hecho algo horrible (al decirlo se lamentó al segundo, porque por esa vez, y solo esa, tenían razón) Bueno... voy a ducharme y cambiarme de ropa que nos vamos por ahí
Elena: Espero que mi hermana me cuente todo.

La puerta se abrió y apareció una seria Natalia, se notaba que estaba cansada pero también pudieron apreciar que sus ojos estaban apagados. Le dio un beso a su hermana en la cabeza, la estrechó un poco a su vientre con su brazo izquierdo, mientras le sonreía a su amiga que la miraba con esos ojos suyos de preocupación

N: ¿Qué tal todo?
R: Bien
N: ¿Fue muy aburrida? (se sentó a su lado poniéndose ella también un vaso de agua)
R: Insoportable
N: Ya te avisé
M: Oye guapa, ¿dónde vamos a ir? (quiso sacar pronto el tema de la fiesta porque aunque sabía que Natalia adoraba a su hermana, era mejor no ponerla en el compromiso de reprocharle nada)
N: Pues no sé... vamos a cenar y luego a tomar unas copas, ¿os parece bien?
M: ¿De ambiente?, te iría bien (enarcó sus cejas) Mira tu hermana y yo pasamos por pareja, y tú, puedes pescar
N: Eres incorregible, voy a darme una ducha y me visto, venga Elena que con chándal no vamos a ningún sitio
Elena: Vale (sonrió)
N: Ya vuelvo (trató de sonreír pero su sonrisa apareció muy triste)
E: ¿Sigue así por Alba?
M: No lo sé, aunque imagino que habrá visto a Julia otra vez
E: ¿Julia? (abrió sus ojos nerviosa)
M: Sí, tu hermana ha operado a Luis (su gesto molesto reflejó el malestar que sentía ante la nueva aparición de aquella mujer)
E: Joder... ¿y ahora que vamos a hacer?
M: Pues nada... esperar a ver como acaba todo
E: ¿Lo de la camarera es grave, verdad? (Marta la miró con sus ojos fríos) Vale lo he pillado, ese tema hoy ni tocarlo
E: Exacto

Apuesta equivocadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora