Apuesta equivocada

Miedo a amarte

De repente aquel juego les había dejado exhaustas pero a ambas con ganas de más, Alba tenía la cuchara en la mano, había sido la excusa perfecta para juguetear, parecía que sus músculos se había detenido y no obedecían las ordenes de su cerebro de apartarse de ella, mientras Natalia , la miraba atónita y muerta de ganas de volverla a besar. Así estuvieron unos segundos justo cuando ambas habían hecho un ligero movimiento de aproximación, sonó el timbre de la calle. Quien fuera tuvo que efectuar una segunda llamada y fue así como Natalia reaccionó y pudo separarse de la trampa que los ojos De Alba le habían tendido

A: Voy yo
N: No, voy yo y esta vez... nada de trampas (le dijo muy seria apuntándole con su dedo índice)
A: ¿No te ha gustado? (le preguntó asomándose a la puerta sonriente, Natalia hizo un gesto entregado a ella y ésta sonrió) Claro que te ha gustado... y a mí ni te cuento... (dio una carcajada mientras movía el caldo al terminar volvió a asomarse y preguntar) ¿Quién es?
N: Un ramo
A: ¿Un ramo?
N: Eso han dicho (le dijo sorprendida, Alba salió hasta donde estaba ella) Es para ti
A: ¿Para mí?
N: Eso me han dicho... (se mostraba un poco aturdida aunque su interior sonreía y no se perdía ni el más mínimo detalle de su expresión)
A: A ver (la apartó ligeramente)
Mensajero: Hola ¿Alba Reche?
A: Sí, soy yo
Mensajero: Es para usted
A: ¡Qué maravilla de ramo! (decía exaltada mientras olvidaba al pobre mensajero que esperaba la propina)
N: Ya te la doy yo (le dijo sonriente, después cerró la puerta y la miraba expectante)
A: ¿De quién será?... a ver...
N: Anda trae que vas a poner el suelo hecho un asco de tanta baba (le dijo burlonamente mientras le quitaba el ramo y lo dejaba sobre la mesa a la vez que la oía leer en voz alta)
A: "Mañana será un gran día, porque empieza la cuenta atrás para ser mi madre... gracias por tu esfuerzo, sé que serás la mejor madre que pueda tener. Natali " (leyó la nota totalmente fuera de sí, sus ojos se habían llenado de lágrimas. Miró a Natalia sabiendo que había sido cosa suya, porque la miraba con una sonrisa emocionada, Alba no sabía que hacer y finalmente le dijo) Gracias... todo un detalle por tu parte.
N: Sé que si Natali pudiera hablar, es lo que te diría
A: No es tan gran esfuerzo... te lo aseguro (sin poderlo evitar se abrazó a Natalia que sintió como su corazón saltaba de felicidad, demasiadas emociones en tan poco tiempo, emocionada se separó de ella dejándole un beso en la mejilla le susurró) Gracias
N: Yo también sé jugar mis cartas (murmuró cuando la vio marcharse con la voz entregada en un éxtasis por lo que acababa de vivir)

Alba se marchó con la tarjeta a su cuarto, necesitaba llorar, aquel gesto de Natalia le había sorprendido y emocionado profundamente, estaba desarmada por todo cuanto estaba ocurriendo, el beso en la cocina, las palabras de Marta sobre la pobre Carmen, tantas cosas que en ese momento hubiese echado a correr, tantas responsabilidades, un día duro el de su boda, salir junto a Natalia en alguna revista... el que dirán de los demás... pero aquel ramo y aquella nota, habían sido como un bálsamo, su sobrina era motivo suficientemente importante como para sufrir todo lo que hiciera falta, porque sabía que estaba al lado de una mujer maravillosa que solo ella podía ser capaz de convertirla en su pareja de verdad

N: ¿Albi estás bien?
A: Sí, ya voy (le dijo tratando de recuperarse de la emoción)
N: Tienes visita
A: Voy... ¡joder y ahora quién!... no debe ser Carmen...

Salió del cuarto y vio a Natalia hablar y reírse con alguien que no podía alcanzar su campo visual porque estaba detrás de suya. Finalmente al escuchar que Alba llegaba, Natalias se apartó y vio sorprendida a su madre

A: ¡Mamá! (sonrió ampliamente dándole un abrazo feliz)
En: ¡Pero déjame verte! (decía contenta) Estás más gordita, y tienes mucha mejor cara... ¡estás estupenda cariño, estupenda!
A: Mamá por favor (le decía notando la mirada divertida de Natalia )
N: Bueno os dejo solas, ves como al final iba yo a hacer la cena (le dijo en tono un tanto de sorna mientras movía la cabeza) Si es que...
A: Me alegro tanto de verte... ¿cómo está Carlos?, tengo muchas ganas de verlo
En: Bueno hija... está (elevó tristemente los hombros) ¿Y este ramo? (le preguntó sorprendida por su belleza)
A: Es de Natali (sonrió y se dio cuenta de cómo su madre la miraba porque realmente estaba poniendo gesto de boba) Bueno... me lo ha mandado Natalia como si fuera de la niña.
En: Ah... Natalia ...
A: ¿Vamos a la terraza mamá y hablamos?
En: Claro hija
N: Alba toma que se ha despertado, mira quien está aquí cariño... es tu abuela...
En: ¡Pero por el amor de Dios!, ¡que hermosura mi nieta madre! (se le había dibujado en su rostro un gesto de felicidad)
N: Tenga Encarna
En: Gracias (le sonrió)
A: Mamá ves... ahora llevo algo yo
N: No deja, ya lo acerco yo... vosotras tranquilas (le dijo sonriendo mirándola con el mismo gesto que con anterioridad Alba había mostrando en su cara al contemplar el ramo. Y todo eso bajo la atenta mirada de Encarna) ¿Una cervezita Encarna?
En: No hija no puedo beber alcohol
N: No se preocupe la tengo sin alcohol, ahora voy
En: Mi niña que guapa está, y tú también, se nota que os cuida bien
A: Sí, no nos podemos quejar...
En: ¿Cómo estás hija?
A: Con mil dudas mamá, peor que antes pero... ¿vas a quedarte?
En: Sí claro, si no te molesta (la miró sonriente mientras le acariciaba la cara con ternura)
A: No mamá... (miró hacia la puerta de la cocina)
En: ¿Todo bien?
A: Sí, es que la llama una que... bueno... ya te contaré... antes hablando con ella ponía una cara
En: ¿Antes cuándo?
A: Hará media hora
En: Era yo hija (Alba pensó "tierra trágame") ¿Celosa?
A: No... (se defendió y agradeció que Natalia entrara con una bandeja y todo preparado para el bermut)
N: Ya estoy aquí (en eso sonó el timbre de la puerta)
A: ¡Voy yo! (dijo saltando de la silla)
En: Gracias Natalia(le dijo cogiéndola de la mano bajo el gesto de sorpresa de la Pediatra que no se lo esperaba)
N: ¿Gracias por qué?
En: Por devolverme a mi hija... no sé de que manera lo has hecho ni me importa, pero gracias
A: ¡Nat ven! (llamó desde la puerta y en su voz se marcaba un timbre de alegría)
N: Voy... ¡Carmen! (explotó en una sincera alegría abrazándose a ella ante la atenta y apenada mirada De Alba)
Carmen: Mi niña.. mi niña... que creía que no llegaba
A: Vamos Carmen siéntese
Carmen: Tranquila mujer (le dijo agradecida)
N: ¿Has venido sola? (la miró un tanto desconcertada)
Carmen: ¡Qué va con la pesada de tu hermana!, menudo viaje me ha dado ozú, por la Virgen del Carmen
A: ¿A qué no te lo esperabas? (le preguntó cogiéndola de la cintura con una sonrisa amplia ante el gesto totalmente fuera de lugar de Natalia)
N: Pues... no ("y esto mucho menos... joder... como estamos hoy" pensó mientras notaba como la mano de Alba le acariciaba lentamente la espalda)
Carmen: ¡Ay mi niña parece mentira que mañana sea tu boda!
N: Oye Carmen ven que te presento a mi suegra
Carmen: Claro cariño