Amanecer

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Al bajar del autobús, se adentró a aquel lugar que olía a flores, y se percibía el dolor, fuera familiares rotos por las lágrimas, dentro más dolor, allí lo único que podía hacer era percatarse que su pensamiento en el autobús había sido una estupidez, era un egoísta, una perdedora. Con su carro para lavar las salas que le habían asignado, fue mirando nombres de personas que ya no estaban en ese mundo, por muy malo que fuera, era el mundo que tenía y el que quería beber a tragos, entonces le apareció la carita hermosa, redonda y sonrojada de su sobrina, moviendo sus brazos al aire cada vez que la veía, haciéndole aquellas fiestas, aquellas sonrisas y notó como un cúmulo de emociones se agolpaban en su garganta, notó como ella estaba viva, porque su corazón latía fuertemente, y allí donde todo era muerte, se sintió más viva que nunca, el engaño le había dejado débil, le había convertido en una mujer terriblemente endeble, terriblemente frágil, ella no era así, pero ¿cómo no iba a serlo?, habían destrozado su corazón, su confianza, su seguridad, su dignidad, se habían burlado de manera cruel, primero uno, después otra. Le habían dejado con el alma totalmente desnuda, con una carga de resentimiento que estaba provocando en ella una ceguera, no veía que la vida estaba pasando, que lo que había ocurrido era una desgracia pero estaba viva, con la oportunidad de adoptar a su sobrina, con una trabajo que podría llevarle a una tranquilidad, sí, tan solo tenía que buscarse y encontrarse, volver a borrar todo aquello que le había destruido, la vida pasaba y estaba segura que algo cambiaría, y le llegaría la buena suerte

En el lavabo, Natalia había roto en su máxima desesperación, no podía acusar a su hermana como lo había hecho, no podía cargar contra Marta, ni siquiera podía ir contra si misma, debía relajarse, porque aquella noche iba a volver a ser la Natalia de siempre, debía estar más serena que nunca, había estado unos diez minutos en el lavabo, parecía que últimamente aquel lugar era su destino, para bien o para mal. Se miró al espejo y pensó en Alba.

En la mesa, ambas guardaban silencio, al verlas, se sintió culpable por el espectáculo que había montado sin pensar en otra cosa que en ella misma, y en su dolor. Allí tenía a quienes desde siempre le habían apoyado, allí, en aquella mesa estaban dos de las tres personas que la habían aceptado tal y como era y de igual modo, quería que la otra persona que había entrado a su vida como un vendaval arrasando con todo, la viera también tal y como era

N: ¿Y la tila?
M: La he mandado calentar de nuevo (le contestó como si nada hubiera ocurrido)
N: Gracias
M: ¿Ya está? (la miró con gesto hacia una Elena que se mostraba preocupada)
N: Elena, no me pasa nada ¿vale?, un mal día
E: De acuerdo
N: Y por Alba no te preocupes, no has hecho nada malo, debí contarte la verdad, la violé y ahora no me quiere perdonar
M: ¡Pero qué bruta eres! (le soltó de golpe Marta)
N: ¿Es la verdad, no?
M: Sí, pero se puede decir de otras maneras
N: Pues eso... estoy locamente enamorada de ella pero ella no lo está de mí ni por asomo
M: Démosle tiempo, cariño (le dijo Marta sonriente mirándola con ternura)
N: ¿A ti que te pareció?
E: Pues que lo tienes muy difícil porque por poco me lanza una botella a la cabeza (le dijo con expresión severa)
N: Ves Marta
M: ¿Nos apostamos algo?, ¡Hostia no, déjalo! (dijo de repente)
E: No lo entiendo Natalia
N: ¿El por qué lo hice? (su hermana se mostraba un tanto desconcertada ante lo que su hermana le estaba contando) Ni yo misma lo sé
M: Yo sí
N: Venga cuenta, a ver si así me lo haces entender a mí, lista
M: Sencillo, a tu hermanita le gustó, trató de ligar con ella, pero la otra le dio calabazas, bien dadas además, entonces como tu hermana llevaba tanto tiempo sola, sintiéndose una desgraciada, revolcándose en su tristeza, pues se volvió salvaje, y ese lado que ella desconocía, que tenemos todos, pero desconocemos hasta que no llega el momento, le hizo perder la cordura, pero todo por amor, mucho amor que es lo que siente por ella. Y ahora por eso tiene esa cara de idiota, porque Alba no la quiere o al menos eso aparenta
E: ¿Quieres decir que Alba si la quiere? (se mostró realmente como se sentía, desbordada ante tal acontecimiento, mientras el camarero traía la taza de tila)
M: Quiero decir que Alba debe estar desconcertada, asustada y completamente trastornada.
N: Yo no sé porque no eres bruja o psicóloga
M: Vamos nena, que trabajar en un gabinete de belleza da para mucho (sonrió)
N: No lo dudo, pero estás completamente equivocada
M: Mejor que pienses eso
N: Lo siento Elena, por una vez tus padres tuvieron razón
E: Tú no eres así Natalia, y todos cometemos errores
N: Lo mío no fue un error... (volvió a ella la tristeza mientras movía impulsivamente la tila) Pero tan solo espero poder arreglar algo, con eso ya me conformo
M: ¿Y Julia? (quería estar segura que no había pasado nada que le hubiera hecho recapacitar)
N: ¡Ah! es cierto no os lo he contado (parecía más tranquila, más relajada, más ella) Se ha separado de su marido
M: Vaya...
N: Suponía que lo sabías
M: Pues sí (admitió con mala cara)
E: ¿No habrás vuelto con ella? (las dos la miraron porque les sorprendió aquella pregunta) Ni se te ocurra, me gusta Alba para ti
M: ¡La qué me faltaba!; tú ve dándole ánimos y verás...

Apuesta equivocadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora