Sin aceptar

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Cuando se quedó sola en la habitación, miró al techo resoplando como un caballo que ha terminado una larga carrera, habían tenido una conversación como personas civilizadas, algo en Natalia había cambiado, lo percibía en aquella disculpa final, además fuera lo que fuera a hacer, le pedía opinión, no se mostraba tan autoritaria, pero también era cierto que la notaba algo más distante, eso le provocaba cierta incomodidad

A: ("Si está distante porque está distante, si juega conmigo porque juega... que ganas de que todo acabe y no tener que verla más... Y la llamada... seguro que fue Julia... ¡lo tengo claro con esta familia tan intransigente!... ¡anda que mira guapa lo que estás diciendo!, ¡vamos coño Alba... que pareces una cría!... (suspiró acomodándose en la cama) nadie me había defendido así... debe ser maravilloso que alguien luche así por otra persona por amor... debe serlo, sí")

Natalia había dejado a la niña cerca del sofá donde se había tumbado una vez había terminado de hacer todo lo que debía hacer, allí se había tapado las piernas con una manta de cuadros verde, verde esperanza pensó, se había puesto el antebrazo para taparse los ojos, quiso tranquilizarse porque pedirle disculpas a Alba no le había costado, pero le había puesto entre las cuerdas para no explotar con el resto de explicaciones con las que quería hacerle entender su arrepentimiento. Por otro lado aún le dolían las palabras de su madre por muy acostumbrada que estaba, le había mentido a Alba, nunca se podía acostumbrar a aquellos continuos desplantes de su familia, a sus continuos rechazos y reproches

N: ("Debo hablar con ella, debo decirle todo lo que pienso sobre mi estúpido comportamiento, esta noche en la cena se lo diré, le diré que acepto todo cuanto me dice, sobre todo acepto aunque me haya dolido el papelito ese de los cojones que me aleja de Natali, porque claro ¡cómo coño una hace una familia con la mujer que la ha violado!, ¡aún sigo sin entender como lo hice... pero aún así, cuando me mira joder... (separó su antebrazo de sus ojos y se quedó mirando fijamente el techo) cuando me mira me deshago... y cuando estaba hablado con mi madre con su mano cogida... ¡joder si es que... hubiera echado a la pelma de mi madre de casa y no le hubiera soltado la mano...!, Natalia... estás pillada, enamorada al máximo pero como dice Marta... el amor es cosa de dos y en esta caso, yo amo ella odia con razón. Imbécil, que eres una imbécil, irresponsable")

Ambas se durmieron pensando en la otra...

Cuando Natalia abrió los ojos vio que había oscurecido, que estaba tapada con la manta y que la niña no estaba a su lado, apartó de un golpe secó la manta y se levantó con gesto de miedo en su rostro, dando un susto de muerte tanto a Alba como a Maria que dieron un grito de impresión.

Ma: Natalia cariño... un poco más y te quedas sin mujer y madrina
N: Joder que susto no vi a La niña...
Ma: Necesitabas dormir
N: ¿Qué hora es? (se puso la mano en la frente acercándose a ellas... y sentándose junto a Maria que le dio un beso en la frente una vez la libero de aquel gesto de susto. Aquel gesto cariñoso llamó la atención de Alba que las miraba fijamente) ¿He dormido mucho?
Ma: Son las ocho y has dormido lo necesario... estabas agotada... mamá Lacunza ha sido contundente, ¿eh?
N: Pues... (no pudo evitar mirar a Alba pensaba que ella se lo había contado) Un poco pero bueno... creo que se ha creído que vamos en serio. ¿Por cierto has dicho la madrina?, ¿o aún estaba soñando?
Na: Lo he dicho, ¿verdad Alba?
A: Eso dice (dijo no muy convencida y sin mirar a Natalia)
N: Es que tendremos que ir arreglando las cosas... pero bueno... todo a su tiempo (dijo al ver el poco entusiasmo )
Ma: Yo tengo que pedir las flores
N: ¿Flores?
Ma: Vamos digo yo que tendréis que llevar un ramito cada una, ¿no?
N: Pues... (miró un tanto desconcertada a Alba)
A: Yo nunca he visto una boda de estas
N: ¡Ay! (no pudo evitar suspirar con una sonrisa)
A: Lo siento pero es verdad...
Ma: Bueno... no importa chicas iremos viendo sobre la marcha que hacer... porque digo yo que... ¿viaje de novias?
A y N: ¡No hace falta! (dijeron a la vez)
Ma: Un gasto menos (trató de restar importancia) Pero eso sí, hay fiesta de despedida ¿eh?
A: Marta me dijo algo a mí pero yo creo que no debería...
N: ¿Y por qué no? (la miró con expresión seria) Es una manera de pasarlo bien y distraerte, yo creo que a finales de la semana que viene ya podrás hacer más o menos una vida normal... no del todo pero...
Ma: Es verdad... Marta lleva un tiempo preparándola, y bueno... iremos nada más que nosotras
N: ¿Yo también puedo? (preguntó sonriendo)
Ma: Tú... tendrás la tuya supongo
N: ¿Cómo que supones?
Ma: ¡Mira no me líes eso lo lleva Marta! (levantó las manos como queriendo no saber nada del tema)
N: Pues seguro que me quedo sin fiesta. Voy a darme una ducha a ver si me quito este mogollón que llevo encima
Ma: No tardes la cena está. A ver Alba ... repíteme eso, así que la muy bruja le dijo lo del testamento, ¡cómo si a Natalia le importara!
A: Eso le dijo, sí (no puso mucho énfasis en la contestación, más bien pensaba en la actitud de Natalia, en el susto que llevaba reflejado en su rostro al no ver a la pequeña a su lado "seguro que será una gran madre, pero no de mi niña")
Ma: ¡Alba te estoy hablando!
A: Perdona...
Ma: Bueno deja no sé en que estarías pensando que ponías esa cara de tristeza. ¿En tu hermano?
A: Eh... sí ("no quiero darte más pistas Maria... sé que intuyes lo mío... y nunca más saldrá de mi corazón una sola palabras sobre lo ocurrido") La verdad que parece que nos persigue la mala suerte
Ma: Bueno... perdona que te diga esto Alba... pero no lo dirás por ti (Alba guardó silencio sabía a que se refería) Creo que deberías cambiar un poco tu actitud cariño... vas a conseguir lo que más quieres... tienes una sonrisa maravillosa, relájate mientras estés aquí estarás segura de todo
A: No lo creo
Ma: Mira conozco a Nat, sé que si tuviera que construir una muralla a tu alrededor para que nada te pase, lo haría
A: Si se quedara ella fuera... (elevó los hombros en señal de ironía) No te diría que no
Ma: Eso es un golpe bajo... ¿hasta cuándo?
A: Hasta que me vaya de esta casa...
Ma: Hoy te ha demostrado que no le importa ponerse en contra de su familia
A: Sé lo que pretende... solo le agradezco su actitud, de todos modos yo no sé lo he impuesto ni rogado, ni siquiera pedido, es algo que ha nacido de ella
Ma: Por lo que pasó y está dispuesta a todo porque le perdones
A: No voy a perdonarle algo así por mucho que haga
Ma: Y no te parece que aún llevando la razón, en la vida hay que abrir el corazón
A: ¿A quién te ha hecho daño?, no Maria, no
Ma: A quien se ha equivocado
A: Hay equivocaciones que no se pueden tolerar, ni perdonar (contestó ávidamente)
Ma: Está bien...

Apuesta equivocadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora