Es mitad de noche y tuve que llamar a los paramédicos porque una de tus máquinas había comenzado a hacer sonidos extraños, como pitidos que se repetían una y otro y otra vez de manera rápida. Al principio creí que estaba soñando, pero cuando sentí que tu mano había perdido el calor de hacía unas horas supe que no era así; algo pasaba. Las enfermeras, entre ellas Ángela, entraron junto al doctor de guardia de la noche y pronto encontraron el motivo de los pitidos, pero aún así decidieron revisarte de pies a cabeza para asegurarse de que no hubiese algo más. Según lo que me dijeron, tu cuerpo estaba exigiendo más oxígeno del que realmente tenía, por lo que decidieron ponerte un pequeño tuvo en la nariz que te lo suministrase, así que ahora cuentas con otra cosa que te mantiene conectado a algo más. El doctor dijo que no era algo grave, que el tubo de oxígeno podría controlarlo y que, probablemente, en cuanto despertases y comenzases a comer y beber por ti mismo ya no lo necesitarías, pero aún así me tiene alterado.
Siento como si mi corazón estuviese a punto de salirse de mi pecho, por lo que no creo que pueda volver a dormir.
Espero que esto no retrase aún más tu despertar porque realmente comienza a desesperarme. No me alcanza con solo sentirte, te necesito despierto, alerta, pendiente...
Te necesito vivo.
ESTÁS LEYENDO
Deathbeds [Wigetta]
General Fiction//HISTORIA FINALIZADA// Para Guillermo, Samuel ha tenido que salir de la ciudad por un par de días para solucionar asuntos relacionados con su trabajo. Para el resto del mundo, Samuel se ha ido sin decir nada. ...