Deathbeds [Wigetta]

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-Se que es algo cliché, pero me gusta pensar en la idea de que así llevarás un pedacito de mi siempre contigo- continuó Guillermo, haciendo entrega de la caja, la cual Samuel tomó con cuidado, casi como si estuviese a punto de romperse. El mayor no podía despegar los ojos de aquella pequeña inicial que brillaba en sus manos -Es como llevarte cerca de mi corazón, ¿sabes? Una parte de mi estará contigo, cerquita si me necesitas a pesar de todo- Samuel levantó la mirada para encontrarse a su chico derramando lágrimas con una sonrisa en su rostro -A pesar de la distancia, estaré a tu lado pase lo que pase... así como tú lo estarás conmigo- el menor apretó el collar en sus manos y, con una sonrisa plena, llevó su muño hacía su pecho, justo sobre su corazón -Es una forma de estar juntos a pesar de no poder hacerlo... 

Samuel, sin poder contenerse, cerró la cajita en sus manos y se arrojó sobre su chico para besarlo, callendo ambos sobre el colchón. El mayor llenó al contrario de besos, sintiendo como su boca pronto se llenaba de un gusto salado a causa de las lágrimas que limpiaba a su paso. Quería quedarse en ese momento para siempre, poder besar a Guillermo miles, millones de veces seguidas sin parar, poder demostrarle lo agradecido que estaba de tenerlo en su vida. Quería abrazarlo hasta el cansancio y poder sentir su corazón palpitando contra el suyo, poder sentir como sus brazos estrujaban su cuerpo en un intento desesperado por tenerlo cerca y no separarse, sentir como sus respiraciones se aceleraban por estar besándose sin parar por no querer alejarse del otro.

Quería una vida entera con Guillermo, y por primera vez estaba dispuesto a quedarse con la que tenía con tal de poder sentir a su chico cerca.

-Te amo con cada fibra de mi ser, Guillermo- susurró entre besos, causando que el corazón del nombrado golpease con fuerza contra su pecho -Realmente te amo.

-Y yo te amo a ti, Samuel, como nunca amé a nadie en mi vida- contestó el menor, continuando con la ronda de besos.