Deathbeds [Wigetta]

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-La vida es clara cuando lo único que quieres es acabar con ella, ¿no es así? Todo es tan sencillo cuando no ves más que el final...- a pesar de que había lágrimas rodando por sus mejillas, Guillermo parecía tranquilo -No hay más que eso. No importa quien queda atrás y quien te alcanzará cuando llegues a la meta... no importa, nada importa. Por eso es tan claro, por eso es tan sencillo decir adiós sin siquiera alertar a nadie. Esta claro, ¿verdad? No hay opción, no hay otra cosa que hacer- Samuel escuchaba a sus voces gritarle cosas, pero no lograba comprender qué exactamente. Su mente estaba demasiado concentrada en las palabras del chico frente a él a pesar de que estas lo estaban destrozando por dentro -Es sencillo elegir la muerte, ¿no es así? Allí acaba todo, no hay más camino, no hay más errores... tampoco hay más amor, ni compañeros, ni familia... no hay nada más allá de eso... es sencillo- el menor bajó la mirada un par de segundos -Dices que no lo entendería cuando en realidad entiendo mucho más de lo que crees. Entiendo que quieras acabar con esto, que no lo soportes, que sea más fuerte que tú. Lo entiendo, claro que lo entiendo, y por eso mismo no lo entiendo. Es contradictorio, ¿sabes?- el más grande sentía que estaba haciendo un esfuerzo extra para lograr comprender lo que el contrario intentaba transmitirle; las pastillas lo estaban dejando demasiado tonto y recién ahora lograba comprobarlo -Entiendo tus motivos, sin embargo no entiendo porque lo haces. Tienes tanto por lo que quedarte, por lo que seguir, que no entiendo que la única opción que veas sea la de la muerte. Hay tanto por hacer aún... y tú solo quieres irte... solo quieres irte...- la mirada de Guillermo pareció romperse aún más con sus palabras -No quiero que te vayas, no quiero que no puedas ver más allá de esa meta, que no distingas que hay varios caminos a demás de este... No se que hacer para hacer que entiendas que hay más de lo que puedes ver. Que hay gente que te ama, que tienes un futuro hermoso por delante, que aún queda mucho por ver...- pausó y, tras contener un sollozo, volvió a hablar. Samuel, por su parte, sentía su corazón roto -Creo que el que no logra entenderlo eres tú, no yo, Samu. Realmente creo que no lo entiendes. Hay algo que no te deja entenderlo, algo que no conozco pero que puedo ayudarte a apartar de tus ojos. Puedo ayudarte, podemos ayudarte... ¿Quieres que te ayude a entender? 

Samuel no pudo contestar, su angustia no se lo permitía. Lo entendía, pero quería convencerse de que no; aún quería creer de que Guillermo no lo había descifrado tan a la perfección. 

Pero no podía, realmente lo había hecho. No sabía como, pero Guillermo lo había hecho.

-¿Quieres que te ayude a entender?- preguntó Guillermo con un hilo de voz, perdiendo absolutamente toda esa fuerza que había logrado guardar hasta ese momento.

El mayor, desde su lado, solo pudo asentir.

Quería entender a pesar de que escuchaba voces diciéndole que no lo haría. Quería intentarlo a pesar de que sentía la necesidad de dejarlo todo. Quería escuchar a Guillermo explicarle de que se trataba la vida a pesar de que quería dejarla lo antes posible.

Quería, por un instante quería todo lo que Guillermo pudiese proponerle.