Deathbeds [Wigetta]

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-Tenías razón- dijo Samuel entre lágrimas, reguardándose en el pecho de su amado.

Podía sentir su corazón chocar con fuerza contra su mejilla y como la zona subía y bajaba con tranquilidad, lo cual le rompía un poco más el alma (si es que eso fuese posible).

-¿En qué?- preguntó Guillermo mientras acariciaba la cabeza contraria con mimo, casi con miedo a romperlo.

Su mentón se apoyó con delicadeza sobre su coronilla mientras lo abrazaba, buscando así ganar tranquilidad.

-Soy yo el que no lo entiende- inhaló con fuerza y dejó que el aroma del menor se impregnara en sus fosas nasales. No se había dado cuenta hasta ese instante, pero había extrañado tenerlo así de cerca -Creí...creía que to-todos estaban equi...vocados, pero n-no es así. Soy yo el que no lo enti-tiende.

El menor guardó silencio, esperando que continuase; o quizás esperando poder hablar sin romperse. Sentía ganas de llorar pero, al mismo tiempo, con la fortaleza suficiente para no hacerlo como lo había hecho en el pasado. Estaba agotado mentalmente y quería derrumbarse junto con su chico para liberarse juntos, pero no podía. Tenía que ser fuerte por los dos, darle a Samuel la seguridad de que no lo dejaría caer por más que estuviesen a punto de hacerlo los dos.

Tenía que ser fuerte por los dos, ahora más que nunca.

-Lo entenderás pronto- dijo Guillermo mientras luchaba por ocultar el nudo de su garganta -Lo entenderemos juntos, ¿si?- sintió a Samuel aferrarse aún más a su cuerpo, casi con desesperación -Estamos juntos en esto, amor.