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A la mañana siguiente, Samuel y Guillermo bajaron a desayunar con las manos entrelazadas y una sonrisa curvando tímidamente sus labios, dejando en evidencia que, a pesar de que se trataba de un momento delicado, ambos estaban tranquilos con lo que estaba por pasar. Habían pasado toda la noche besándose y regalándose sus mejores frases cursis y melosas, lo cual había causado que ambos terminasen dormidos uno pegado al otro, con los brazos alrededor de sus cuerpos para mantenerse juntos el mayor tiempo posible. 

Por primera vez en mucho tiempo, la pareja se sintió en paz por más de un par de horas.

-¿Crees que con eso será suficiente?- preguntó Guillermo con la vista puesta en el bolso que reposaba en la cama de su novio, el cual parecía demasiado pequeño para el tiempo que pasaría lejos de casa.

-Si, tranquilo- Samuel cerró el cierre y suspiró -No es como que pudiese llevar más que eso, de todas maneras.

El menor asintió, no muy convencido; realmente le parecía poca ropa para, en principio, un mes de internación.

-¿Podremos llevarte cosas si lo necesitas?- el dueño de casa ladeó la cabeza, algo confundido -Ya sabes... si necesitas más ropa o algo así...- el mayor asintió.

-No te preocupes, Guille, estaré bien- el nombrado lo observó con sorpresa, casi con estupefacción. Se le hacia extraño escuchar palabras positivas por parte del más grande, más teniendo en cuenta que estaba preparándose para volver a ser encerrado en otro hospital.

-Lo se- confesó, bajando la mirada un instante.

El más grande sonrió con melancolía y, luego de dar un par de pasos hacia su chico, entrelazó una de sus manos, causando que sus miradas volviesen a conectarse.

-Esta vez, prometo hacer las cosas bien- con su mano restante, Samuel tomó la letra "G" que colgaba de su cuello, apretándola con fuerza -Quiero hacer las cosas bien- Guillermo, por su parte, imitó las acciones del contrario y, con delicadeza, juntó sus frentes y cerró sus ojos para sonreír. Aquello era una promesa demasiado grande, y difícil de cumplir pero, por algún motivo, confiaba en ella -Ahora, más que nunca...- Samuel tomó una gran bocanada de aire, cerró los ojos y continuó -quiero vivir y seguir a tu lado.


Deathbeds [Wigetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora