Deathbeds [Wigetta]

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Ahora que Samuel había terminado con sus horas de aislamiento y que la camisa de fuerza no cubría su cuerpo podía contemplar con detalle el daño que el mismo se había causado, encontrándose desde cortes que parecían raspones hasta algunos que habían tenido que ser cosidos para detener el sangrado. Sus ojos no dejaban de contemplar como la enfermera que lo atendía, la cual recordaba había sido la misma que lo vio despertar, limpiaba con cuidado cada una de sus heridas, intentando así causarle el menor de los dolores.

Sin embargo, era imposible.

El dolor físico sumado al emocional resultaba una mezcla mortal, pero aún así la estaba soportando.

No tenía claro porque, pero lo estaba soportando.

Frunció el ceño cuando la joven comenzó a vendar sus brazos, cubriendo temporalmente lo que había hecho. Sus voces le gritaron que volviera a lastimarse ahora que tenía la oportunidad, pero su mente no pudo hacer nada a pesar de que quería hacerlo.

Quería aprender, tenía que aprender.

-Es-espera- rogó con un hilo de voz, causando que la chica detuviese sus movimientos. Era la primera vez que lo escuchaba hablar realmente, por lo que no pudo contener su sorpresa -Espera- repitió como si fuese lo único que podía decir.

Samuel observó las heridas con detenimiento y sintió pánico de repente.

No las quería allí. Para nada.

Debía aprender a no lastimarse.