Lo indoloro era el trabajo y Marinette se sumergió totalmente en el para no pensar. Se había convertido en la preferida de la prensa y su triunfo en el juicio había sido muy publicitado. Le llegaban más clientes de los que podía aceptar y aunque el interés especial de Marinette eran los casos criminales, ante la insistencia de Luka, empezó a tomar toda clases de casos.
Luka Couffaine se había vuelto más importante que nunca para Marinette. Manejaba la investigación de sus casos y era brillante. Podía discutir con él otros problemas y siempre valoraba sus consejos. Marinette y Luka se volvieron a mudar, esta vez a un gran piso de oficinas en Park Avenue. Marinette tomó a dos jóvenes y talentosos abogados, Dan Martín y Ted Harris, los dos del equipo de Gabriel Agresye y además otras dos secretarias. Dan Martín era un ex jugador de fútbol de la universidad Northwestern y tenía la apariencia de un deportista y la mente de un universitario. Ted Harris, delgado y tímido con unos anteojos muy gruesos, era un genio. Martín y Harris se hicieron cargo del trabajo jurídico y Marinette intervenía en los juicios. En la placa de la puerta se leía: MARINETTE DUPAIN-CHENG Y ASOCIADOS. Los casos que llegaban fluctuaban entre acusar a una gran sociedad industrial con el cargo de contaminación ambiental hasta defender a un borracho que había recibido un latigazo al ser echado de un bar. El borracho, por supuesto, era un regalo del padre Ryan.
-Tiene un problemita-Había dicho el padre Ryan a Marinette-Realmente es un hombre decente, pero el pobre muchacho tiene que sufrir tantas presiones que a veces toma un poco de más-Marinette no pudo dejar de sonreír.
En lo que al padre Ryan se refería, ninguno de sus feligreses era culpable, y su único deseo era ayudarlos a salir de las dificultaes en las que ellos mismos se metían. Una de las razones por las que Marinette entendía al sacerdote era porque básicamente ella sentía lo mismo. Estaban manejándose con gente con problemas, que no tenía quien la ayudara, sin el dinero o el poder para luchar contra lo establecido por la sociedad, y al final eran aplastados por ella. La palabra justicia se honraba quebrantándola. En los Tribunales, ni el abogado defensor, ni el Fiscal buscaban la justicia: el nombre del juego era ganar. De vez en cuando, Marinette y el padre Ryan hablaban sobre Connie Garret, pero el tema siempre dejaba a Marinette deprimida. Allí se había cometido una injusticia y eso la indignaba.
En su oficina, en el cuarto de atrás de Tony's Place, Adrien Agreste miraba como Aslan limpiaba cuidadosamente la oficina con un dispositivo eléctrico buscando micrófonos ocultos. A través de sus conexiones con la policía, Adrien sabía que las autoridades no permitían ninguna vigilancia electrónica, pero alguna vez un sabueso celoso de su trabajo, un joven detective podía poner un control ilegal para tratar de conseguir información. Adrien era un hombre cuidadoso. Su oficina y su casa eran controladas cada mañana y cada noche. Era consciente de ser el blanco número uno de una docena de diferentes agencias legales, pero eso no le importaba. Él sabía lo que ellos hacían, pero ellos no sabía lo que él iba a hacer y si lo sabían no podrían probarlo. Algunas veces, a altas horas de la noche, Adrien miraba por la mirilla de la puerta trasera del restaurante y veía como los agentes del FBI buscaban entre la basura para analizarla, y la sustituían por otra.
Una noche Aslan le dijo:
-Por Dios, jefe ¿qué pasa si estos tipos encuentran algo?
-Espero que lo hagan-Contestó riendo Adrien-Antes de que llegaran cambiamos nuestra basura con la del restaurante de al lado-No, los agentes federales no lo iban a tocar.
Las actividades de la Familia se estaban expandiendo y Adrien tenía planes que todavía no había revelado. El único impedimento era Michael Jackson. Adrien sabía que tenía que ibrarse del abogado. Necesitaba una mente joven y fresca. Y una y otra vez sus pensamientos volvían a Marinette Dupain-Cheng.
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La venganza de los ángeles (+18) ©
FanfictionArtículo 1º: Honor y dignidad de la profesión: El abogado debe cuidar el honor y dignidad de la profesión-Código de ética profesional de la escuela de abogados. Marinette Dupain-Cheng está por iniciar su profesión. Todo era nervios en aquel juicio e...