Capitulo 50

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Louis yacía en una estrecha mesa de metal, su cuerpo eternamente inmóvil. Parecía pacíficamente dormido, su hermoso joven rostro inundado de un secreto y lejano sueño. Marinette había visto esa expresión cientos de veces mientras Louis dormía en su cálida cama y ella se sentaba en el costado para contemplarle la cara, llena de un amor que le parecía tan grande que la impresionaba. ¿Y cuántas veces había arreglado cariñosamente sus frazadas para protegerlo del frío de la noche?

Ahora el frío estaba dentro del cuerpo de Louis. No volvería a estar cálido nunca más. Esos ojos brillantes no se volverían a abrir para mirarla, nunca más vería la sonrisa de sus labios, ni oiría su voz, ni sentiría sus pequeños y fuertes brazos alrededor de ella. Estaba desnudo debajo de la sábana.

Marinette dijo al doctor..

-Quiero que lo tapen con una frazada, puede tener frío.

-No puede...

Y el doctor Morales miró a Marinette y lo que vio en ellos le hizo decir:

-Sí, por supuesto, señora Dupain-Y se volvió hacía una enfermera y le ordenó-Consiga una frazada-Había unas cuantaspersonas en la habitación, la mayoría con guardapolvos blancos, y todos parecían estar hablándole, pero Marinette no los podía oír. Era como si estuviese dentro de una campana que resonara, separándola del resto de ellos. Podía ver que movían los labios, pero no había sonido. Quería gritarles que se fuera, pero temía asustar a Louis. Alguien la tomó por un brazo y la campana se rompió y el cuarto se llenó súbitamente de sonidos, todos parecieron estar hablando al mismo tiempo.

El doctor Morales estaba diciendo

-...necesario practicar la autopsia.

Marinette dijo tranquilamente.

-Si usted toca a mi hijo de nuevo, lo mataré-Y sonrió a todos los que estaban allí porque no quería que trataran mal a Louis. Una enfermera trató de convencerla de que abandonara la habitación, pero ella sacudió la cabeza-No puedo dejarlo solo. Alguien puede apagar las luces. Louis tiene miedo a la oscuridad-Alguien le pellizcó el brazo y Marinette sintió el pinchazo de una aguja y un momento después sintió una gran calma y paz y se quedó dormida. Cuando Marinette despertó, era casi de noche. Estaba en una pequeña habitación del hospital y alguien la había desvestido y puesto una camisa del hospital. Se levantó, se visitó y salió a buscar al doctor Morales. Estaba sobrenaturalmente calmada.

-Nosotros haremos todos los arreglos del funeral por usted, señora Dupain-Dijo el doctor Morales-Usted no tendrá que...

-Yo me encargaré de todo.

-Muy bien...-Dudó incómodo-Sobre la autopsia, yo sé que usted no quiso decir lo que dijo esta mañana, yo...

-Está usted equivocado.

Durante los dos días siguientes, Marinette pasó por todos los rituales de la muerte. Fue a la funeraria loca e hizo los arreglos del funeral. Eligió un cajón blanco con forro de satén. Era dueña de si misma y con los ojos sin lágrimas y más tarde, cuando trató de pensar en ello, no tenía ninguna vivencia de lo que ocurrió. Era como si otra persona se hubiera adueñado de su cuerpo y mente, y hubiera actuado por ella. Estaba en un estado de profundo shock, escondida de un protector caparazón para evitar volverse loca.

Cuando Marinette abandonaba la oficina de la funeraria, el encargado le dijo.

-Si hay alguna ropa especial con la que quiere que su hijo sea enterrado, señora Dupain, nos la puede traer y nosotros lo vestiremos.

-Yo vestiré a Louis-La miró sorprendio.

-Si usted quiere... por supuesto, pero...-La miró, pensando si ella sabría lo que era vestir un cádaver. Marinette condujo hasta su casa, dejó el auto, en la entrada y abrió la puerta. La señora Chiyo estaba en la cocina con los ojos enrojecidos con la cara marcada por el dolor.

La venganza de los ángeles (+18) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora