Capitulo 39

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Ocurrió de manera gradual, que parecía que no hubiera sucedido nada. Empezó con Vasco Gambutti, y un poco después, Adrien pidió a Marinette que atendiera otro caso, luego otro y pornto se convirtió en un continuo fluir de casos.

Adrien la llamaba y le decía.

-Necesito tu ayuda, querida. Uno de mis muchachos tiene un problema- Y Marinette recordaba las palabras del padre Ryan ''Un amigo mío tiene un problemita'' ¿Había en realidad alguna diferencia?

Estados Unidos estaba aceptando el Síndrome del Padrino. Marinette se decía que lo que estaba haciendo es lo mismo que había estado haciendo hasta ahora. Lo cierto es que ahora había una diferencia... una gran diferencia. Ella estaba en el centro de una de las más poderosas organizaciones del mundo.

Adrien invitó a Marinette a una granja en Nueva Jersey en donde ella vio a Alexander Mendoza por primera vez y también a algunos hombres de la organización. En la gran mesa de la antigua cocina estaban, Alejandro, Felix Agreste, Tom Holland y Aslan.

Cuando Marinette y Adrien llegaron y se detuvieron en la puerta de entrada, Alejandro estaba diciendo:

-...Como la vez que di el golpe en Atlanta. Yo tenía en marcha una carga grande de heroína. Ese alcahuete de porquería vino y trató de joderme porque quería una parte de la acción.

-¿Conocías al tipo?-Preguntó Felix Agreste.

-¿Qué hay que conocer? Quiso atraerme. Trató que yo me inyectara.

-¿Tú?

-Si. Su cabeza no debía de andar demasiado bien.

-¿Qué es lo que hiciste?

-Eddie Fratelli y yo lo agarramos a la vuelta de un callejón y lo quemamos. Qué mierda, de todos modos estaba pasando tiempos difíciles.

-Ah, y ¿qué pasó con Little Eddie?

-Está haciendo unos centavoz en Lewisburg.

-¿Qué pasó con su tipa? Tenía clase para hacer algunas cosas.

-Oh, sí. Me encantaba emborracharla.

-Ella sigue cvaliente con Eddie. Sólo el Papa sabe por qué.

-Me gustaba Eddie. Era uno de los tipos que pasaban al frente.

-Se convirtió en un imitador de mierda. Hablandod e eso. ¿Saben quién se convirtió en un hombrecito dulce...?-Conversaciones sobre trabajo.

Al ver la reacción de asombro de Marinette, Adrien hizo una sonrisa forzada y le dijo:

-Vamos... voy a presentarte a papá-Alexander Mendoza impresionó a Marinette. Estaba en una silla de rueda, un débil esqueleto de lo que quedaba en un hombre, era difícil imaginar lo que alguna vez había sido.

Una morocha atractiva, con un cuerpo bien formado y pleno entró a la habitación y Adrie dijo a Marinette.

-Esta es Gwen, mi mujer.

Marinette temía este momento. Algunas noches, después que Adrien la dejaba-plena en todo sentido-Marinette luchaba con un sentimiento de culpa que la abrumaba. No quiero herir a otra mujer. Estoy robando ¡Tengo que terminar esto! ¡Debo hacerlo! Y siempre perdía la batalla. Gwen miró a Marinette con ojos de persona que sabe. Ella lo sabe, pensó Marinette. Hubo un instante de incomodidad y después Gwen dijo suavemente.

-Estoy encantada de conocerla, señora Dupain. Adrien me dijo que usted es muy inteligente-Alexander Mendoza gruñó.

-No es bueno para una mujer el ser demasiado inteligente. Es mejor dejar el cerebro para los hombres-Adrien contestó con un rostro impasible.

La venganza de los ángeles (+18) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora