Capitulo 34

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Las estaciones llegaron y se fueron y pasaron sobre Louis. Era el centro del mundo de Marinette. Lo miraba crecer y desarrollarse, día a día era un deseo nunca acabado el esperar que caminara y hablara y razonara. Su humor cambiaba constantemente y era salvaje y agresivo, tierno y adorable. Se enojaba cuando Marinette lo dejaba de noche y tenía miedo a la oscuridad, así que siempre le dejaba una luz nocturna para él.

Cuando Louis tuvo dos años estaba imposible, el típico ''niño terrible de dos años'' Rompía cosass y era testarudo y violento. Le encantaba ''arreglar'' cosas. Rompió la máquina de coser de la señora Chiyo, arruinó los dos televisores de la casa y desarmó el reloj de pulsera de Marinette. Mezcló el azúcar con la sal y se hacía mimos a sí mismo cuando creía que estaba solo. Luka Couffaine le regaló a Marinette un cachorro de perro ovejero y Louis le pegó.

Cuando Luka llegaba a la casa de visita, Louis lo saludaba diciñendole:

-¡Hola! ¿Tienes tu tic tac? ¿Puedo verlo?

Ese año, Marinette encantada hubiera regalado a Louis al primer desconocido que pasara. A los tres años, Louis se volvió súbitamente un ángel, cariñoso y amabale. Tenía la habilidad física de su padre y le encantaba hace cosas con las manos. Ya no las rompía. Le gustaba jugar fuera de la casa, trepando y andando con su triciclo. Marinette lo llevó al zoológico del Bronx y a ver los títeres. Caminaron por la playa, vieron un festival de cine de los hermanos Marx en Manhattan, y tomaron ice cream soda en Old Fashioned Mr. Jennings en el piso nueve de Bonwit Teller.

Louis se había convertido en una compañía. Como regalo del Día de la Madre, Louis aprendió la canción favorita del padre de Marinette Dupain-Cheng, Harvest Moon, y se la cantó a Marinette. Fue el momento más emotivo de su vida. Es verdad, pensó Marinette, nosotros no heredamos el mundo de nuestros padres; lo tomamos prestado de nuestros hijos.

Louis había empezado el jardín de infantes y le encantaba. A la noche, cuando Marinette volvía a casa, se sentaban frente a la chimenea y leían juntos. Marinette tomaba para leer Trial Magazine y The Barrister y Louis sus libros con figuras tirado en el piso, con las cejas fruncidsas por la concentración y de golpe recordaba a Nathaniel. Era todavía como una herida abierta. Se preguntaba dónde estaría Nathaniel y qué estaría haciendo. Que era lo que estaría haciendo él, Chloe y Denisse,

Marinette se las arreglaba para mantener separada su vida privada de la profesional, y la única unión entre esos dos mundos era Luka Couffaine. Luka traía juguetes y libros para Louis y jugaba con él y en un sentido era como un padre postizo. Un domingo a la tarde, Marinette y Luka estaban cerca de la casita del árbol mirando como Louis se trepaba.

-¿Sabes lo que necesita?-Preguntó Luka.

-No.

-Un padre-Enfrentó a Marinette-Su verdadero padre debe ser un verdadera mierda.

-Por favor, Luka, no digas eso.

-Lo siento. No es asunto mío. Eso es el pasado. Estoy preocupado por él futuro. No es natural que vivas sola como...

-No estoy sola. Tengo a Louis

-No estoy hablando de eso-Tomó a Marinette en sus brazos y la besó con suavidad-Oh maldita sea, Marinette. Lo siento...

Adrien Agreste telefoneó muchas veces a Marinette. Ella jamás le devolvió ningún llamado. Una vez le pareció velo sentado en la parte de atrás de la sala del tribunal donde ella estaba defendiendo un caso, pero cuando miró de nuevo se había ido.

La venganza de los ángeles (+18) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora