Capitulo 26

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Cuando Marinette llegó a su oficina, tarde esa mañana, Ibara le dijo:

-El señor Nathaniel está en el teléfono señorita Dupain. Ha estado llamando toda la mañana.

Marinette dudó un momento y después contestó:

-Muy bien. Ibara. Pásame la comunicación-Entró en su despacho y tomó el teléfono-Hola Nathaniel. Felicitaciones.

-Gracias. Tenemos que hablar. ¿Estás libre para el almuerzo?-Marinette dudó.

-Sí-Había que enfrentarlo en algún momento.

Era la primera vez que Marinette veía a Nathaniel en tres semanas. Se lo veía demacrado y agotado. Debería haber estado radiante por la victoria, pero en cambio se lo notaba extrañamente nervioso e incómodo. Pidieron una comida que ninguno de los dos probó y hablaron sobre las elecciones, palabras que escondían lo que estaban pensando. La situación estaba resultando intolerable, hasta que por  fin Nathaniel dijo:

-Marinette...-Respiró hondo y se aclaró la garganta-Chloe va a tener un bebé.-Al oír  las palabras dichas por él se hicieron una realidad innegable-Lo siento, querida. Es... algo que pasó. Es difícil de explicar.

-No tienes nada que explicar-Marinette podía ver claramente la escena. Chloe en un provocativo camisón, o desnuda y Nathaniel...

-Me siento como un idiota-Estaba diciendo Nathaniel. Hubo un desagradable silencio y continuó-Esta mañana recibí un llamado del jefe del Comité Nacional. Están hablando de proponerme como candidato para la próxima elección presidencial-Vaciló-El problema es que con Chloe embarazada este sería un tiempo muy malo para pedir el divorcio. No sé que diablos hacer. No he dormido en tres días...-Miró a Marinette-Odio tener que decirte esto pero... ¿crees que podremos esperar un poco hasta que las cosas se arreglen?-Marinette miró por sobre la mesa a Nathaniel y sintió un profundo dolor, una intolerable pérdida, que pensó que no podría soportar-Nos veríamos lo más frecuentemente posible mientras tanto-Le decía Nathaniel.

-Nosotros...-Marinette se forzó a hablar-No, Nathaniel. Esto terminó-Nathaniel la miró.

-No puedes querer decir eso. Yo te amo, querida. Encontraremos una forma...

-No hay una forma. Tú mujer y tu hijo no van a desaparecer. Tú y yo hemos terminado. Amé lo que nos pasó. Cada momento que tuvimos-Se puso de pie, sabiendo que si no se iba del restaurante se pondría a gritar-No debemos vernos nunca más-Marinette no podía soportar el dolor que veía en los ojos de Nathaniel.

-¡Por Dios!- Marinette no hagas eso. ¡Por favor, no lo hagas! Nosotros...-No quiso escuchar el resto. Se dirigió apresuradamente hacia la puerta escapando de la vida de Nathaniel

La venganza de los ángeles (+18) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora