Capitulo 61

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El señalero en el césped, llevando descomunales orejeras, accionó sus dos semáforos guiando al Jumbo 747 hacia la plataforma de desembarque. El avión hizo un círculo y a una señal el piloto detuvo las cuatro turbinas Pratt & Whitney.

Adentro del gigantesco avión, la voz de la azafata se oyó por el micrófono:

-Damas y caballeros, hemos aterrizado en el aeropuerto de Kennedy de Nueva York. Le agradecemos por haber volado en TWA. Les pedimos que permanezcan en sus asientos hasta el próximo aviso. Muchas gracias-Hubo un murmullo general de protesta. Un momento más las puertas se abrieron y se colocó la escalera. Los dos agentes del FBI ubicados con Marinette en la parte de adelante se pusieron de pie.

Uno de ellos se dirigió a Marinette diciéndole:

-Vamos-Los pasajeros miraron con curiosidad a los tres que dejaban el avión.

Unos pocos minutos más tarde volvió a oirse la voz de la azafata:

-Gracias por su paciencia, damas y caballeros. Ahora pueden descender.

Una limusina del gobierno estaba esperando a un costado de la entrada del aeropuerto. La primera parada fue el Centro Correcional Metropolitano en 150 Park Row que se conecta con el Palacio de los Tribunales, en Foley Square.

Después de que Marinette fue anotada en el libro de entradas, uno de los hombres del FBI dijo:

-Lo siento, no podemos dejarla aquí. Tenemos órdenes de llevarla a Riker's Island.

El camino a Riker's Island fue hecho en silencio. Marinette iba sentada atrás entre los hombres del FBI, sin decir nada pero con su mente muy ocupada. Los dos hombres no le habían dicho nada durante el viaje a través del océano, así que Marinette no podía saber en que problemas estaba. Sabía que era serio, porque no era fácil conseguir una orden de arresto y extradición. No podría hacer nada por ella misma mientras estuviera presa. Su primera prioridad era conseguir salir bajo fianza. Ahora estaban cruzando el puente de Riker's Island y Marinette miró la familiar vista, un paisaje que había visto cientos de veces en camino para ver a sus clientes. Y ahora ella era la prisionera. Pero no por mucho tiempo, pensó Marinette, Adrien me va a sacar. Los dos agentes del FBI escoltaron a Marinette al edificio de recepción y uno de los hombres alcanzó al guardia la orden de extradición y arresto.

-Marinette Dupain-El guardia miró el papel.

-La estábamos esperando, señorita Dupain. Tiene una reservación en la Celda de detención Tres.

-Tengo el derecho de hacer una llamada teléfonica-El guardia señaló con un gesto el teléfono que estaba en el escritorio.

-Seguro-Marinette lo tomó, rezando silenciosamente para que Adrien Agreste estuviese. Empezó a marcar.

Adrien Agreste había estado esperando el llamado de Marinette. Durante las últimas venticuatro horas no había sido capaz de pensar en otra cosa. Le habían informado cuando Marinette llegó a Londres, cuando el avión salió de Heathrow y cuando llegó a Nueva York. Se había sentado en su escritorio siguiendo mentalmente a Marinette en su camino a Riker's Island. Había visto su entrada en la prisión. Ella pediría una llamada telefónica antes de que la pusieran en una celda. Lo llamaría. Eso era todo lo que pedía. La haría salir en una hora y entonces ella estaría en camino hacia él. Adrien Agreste estaba viviendo el momento en que ella pasase esa puerta. Marinette había hecho algo imperdonable. Se había entregado al hombre que trataba de destruirlo. ¿Y qué más le había dado? ¿Qué secreto le habría contado? Nathaniel Kutzberg era el padre del hijo de Marinette. Ahora Adrien estaba seguro de eso, Marinette le había mentido desde el comienzo, diciéndole que padre de Louis estaba muerto. Bueno, esa era una profecía que se cumplirá pronto, se dijo Adrien.

La venganza de los ángeles (+18) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora