La venganza de los ángeles (+18) ©

Capitulo 16

Nathaniel Kutzberg había sabido desde el principio que su matrimonio con Chloe era un error. Había sido impulsivo e idealista tratando de proteger a una joven que parecía perdida y vulnerable en el mundo. Nathaniel hubiera hecho cualquier cosa para no lastimar a Chloe, pero estaba profundamente enamorado de Marinette. Necesitaba hablarlo con alguien y decidió hacerlo con Thomas. Thomas siempre había sido comprensivo. Entendería la posición de Nathaniel. La reunión se convirtió en algo muy diferente de lo que Nathaniel había planeado.

Cuando Nathaniel entró en la oficina de Thomas, éste dijo:

-Justo a tiempo. Estaba hablando por teléfono con el comité de elección. Quieren proponerte formalmente como candidado a Senador de los Estados Unidos. Tendrás todo el apoyo del partido.

-Es... Espléndido-Contestó Nathaniel.

-Muchacho, tenemos mucho que hacer. Tenemos que empezar a organizar las cosas. Voy a instituir una comisión para recolectar fondos. Creo que tenemos que empezar por aquí...-Durante las dos horas siguientes, discutieron sobre los planes de la campaña.

Cuando terminaron, Nathaniel le dijo:

-Thomas, hay algo personal que quiero hablar contigo.

-Me temo que se me ha hecho tarde para atender a un cliente, Nathaniel-Nathaniel tuvo la repentina sensación de que Thomas había sabido todo el tiempo lo que él quería decirle.

Nathaniel tenía una cita para encontrarse con Marinette para almorzar en un restaurante en el West Side. Marinette lo estaba esperando en un reservado. Nathaniel entró, lleno de energía y por su expresión, Marinette supo que algo había sucedido.

-Tengo novedades que darte-Le dijo Nathaniel-Me han pedido que sea candidato para Senador.

-¡Oh, Nathaniel!-Marinette estaba llena de excitación---¡Es maravilloso! ¡Serás un gran Senador!

-La competencia va a ser feroz, Nueva York  es un estado difícil.

-Eso no tiene importancia. Nadie puede detenerte-Y Marinette sabía que era verdad. Nathaniel era inteligente y valeroso, listo para librar batallas por lo que creía. Así como una vez había ganado la batalla para ganarla a ella. Marinette le tomó una mano y le dijo afectuosamente-Estoy muy orgullosa de ti, querido.

-Con cuidado, que todavía no me han elegido. Tienes que haber oído hablar de borracheras, respuestas insolentes y equivocaciones.

-Y yo te quiero a ti-Nathaniel pensó en hablarle a Marinette sobre la conversación que había tenido con Thomas, pero decidió no hacerlo. Debía esperar hasta que las cosas se enderezaran.

-¿Cuando empezarás tu campaña?

-Quieren que anuncie ya que me postulo. Tengo la unanimidad del apoyo del partido.

-¡Eso es magnífico!

Había algo que no era magnífico tironeando en el fondo de la mente de Marinette. Era algo que no quería nombrar, pero sabía que tarde o temprano tendría que enfrentarlo. Quería que Nathaniel ganara, pero la carrera de Senador iba a ser como una espada de Damocles sobre su cabeza. Si Nathaniel ganaba, Marinette podía perderlo. Su consigna sería reprimir la inmoralidad y no habría margen en su vida para ningún escándalo. Era un hombre casado y, si se sabía que tenía una amante, sería un suicidio político. Esa noche, por primera vez desde que estaba enamorada de Nathaniel, Marinette tuvo inmsonio. Estuvo despierta peleando con los demonios de la noche.

-Alguien la llama-Dijo Ibara-Es ese marciano otra vez-Marinette la miró sin entender-¿No se acuerda? ése de la historia del manicomio-Marinette había alejado a ese hombre de su memoria. Evidentemente era alguien que necesitaba ayuda psiquiátrica.