Para fines de octubre, dos semanas antes de las elecciones, la campaña estaba en su apogeo. Nathaniel competía contra el senador titular Marc Anciel, un político veterano y los expertos estaban de acuerdo en que la batalla iba a ser pareja.
Marinette estaba una noche en su departamento mirando por televisión entre Nathaniel y su oponente. Chloe tenía razón. Un divorcio ahora podría haber terminado con las crecientes posibilidades de victoria de Nathaniel. Cuando Marinette entraba en su oficina después de un almuerzo de negocios, encontró un mensaje urgente para que llamara urgente a Freddie Mercury.
-La ha llamado tres veces en los últimos quince minutos-Dijo Ibara. Freddie Mercury era una estrella del rock que se había convertido en el cantante nocturno más exictante del mundo. Marinette tenía noticias de las enormes sumas que ganaban las estrellas de rock, pero hasta que no estuvo conectada con Freddie Mercury y sus asuntos en realidad no tenía idea de lo que eso quería decir. Entre los discos, las actuaciones en vivo, promociones de venta y ahora films, las ganancias de Freddie Mercury eran de más de quince millones de dólares por años. Freddie tenía venticinco años y era un chico de campo que había nacido con una mina de oro en su garganta.
-Comunícame con él.-Pidió Marinette. Cinco minutos más tarde le dieron la comunicación.
-Hola, compañera, hace horas que estoy tratando de encontrarte.
-Lo siento, Freddie, estaba en una reunión.
-Hay problemas. Tengo que verte.
-¿Puedes venir esta tarde a mi oficina?
-No lo creo. Estoy en Montecarlo en un beneficio para Grace y el Príncipe. ¿Cuándo es lo más rápido que puedes venir?
-No creo que pueda ir ahora-Protestó Marinette-Tengo muchas cosas que resolver en mi escritorio...
-Nena, te necesito. Tienes que tomarte un avión esta tarde-Y cortó la comunicación. Marinette se quedó pensando en esa llamada. Freddie Mercury no quería discutir sus problemas por teléfono. Podía ser algo con drogas, con chicas o muchachos. Pensó en mandar a Dan Martin o Ted Harris para que resolvieran el problema que fuera, pero le tenía cariño a Freddie. Y finalmente decidió ir ella. Trató de encontrar a Nathaniel antes de irse pero no estaba en su oficina. Habló con Ibara.
-Resérvame un pasaje en el vuelo de Air France para Niza. También quiero que me espere un auto para llevarme hasta Montecarlo-Veinte minutos más tarde tenía la reserva en un vuelo de las siete de esa tarde.
-Hay un servicio de helicópteros desde Niza directo hasta Montecarlo-Le informó Ibara-Le reservé allí.
-Perfecto. Muchas gracias.
Cuando Luka se enteró que Marinette viajaba, dijo:
-¿Qué se cree ese tipo qué es?
-Sabes quien es, Luka. Es uno de nuestros clientes más importante.
-¿Cuándo estarás de vuelta?
-No creo que tarde más de tres o cuatro días.
-Las cosas no son igual cuando no estás. Te extrañaré-Marinette se preguntó si se seguiría viendo con el muchacho rubio.
-Cuida la fortaleza mientras yo no estoy.
A Marinette le encantaba volar. Consideraba el tiempo de vuelo como libre de presiones, un escape temporario de todos los problemas que la acosaban en su campo de batallas, un tranquilo oasis en el espacio que la alejaba de las interminables exigencias de sus clientes. Este vuelo a través del Atlático fue sin embargo desagradanle. Resultó inusualmente agitado y el estómago de Marinette estaba molesto y con náuseas. Se sintió un poco mejor a la mañana siguiente cuando llegaron a Niza. Había un helicóptero esperándola para llevarla a Montecarlo. Marinette nunca había andado en helicóptero y había esperado poder hacerlo. Pero el súbito ascenso y el descenso le hicieron sentir mal de nuevo y no pudo disfrutar de la maravillosa vista de los Alpes y la Grande Corniche con los autos como miniaturas subiendo por la montaña. Aparecieron a la vista los edificios de Montecarlo y unos minutos más tarde el helicóptero se detenía frente a un moderno casino blanco de verano construido en la playa. Ibara se había comunicado con Freddie y él estaba allí para recibirla. Le dio un fuerte abrazo.
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La venganza de los ángeles (+18) ©
FanfictionArtículo 1º: Honor y dignidad de la profesión: El abogado debe cuidar el honor y dignidad de la profesión-Código de ética profesional de la escuela de abogados. Marinette Dupain-Cheng está por iniciar su profesión. Todo era nervios en aquel juicio e...