Capitulo 59

150 21 0
                                    

Alejandro era un hombre de inteligencia limitada. Su valor en la Organización estaba en el hecho de que obedecía órdenes sin hacer preguntas y las cumplía con eficiencia. Alejandro se había enfretado con revólveres y cuchillos docenas de veces pero nunca había conocido el miedo. Lo conocía ahora. Algo había pasado que estaba más allá de su entendimiento y tenía el sentimiento de que, de alguna manera, él era el responsable.

Durante todo el día había estado oyendo acerca de los allanamientos y los arrestos que estaban haciendo. En la calle se decía que había un traidor en la Organización alguien que pertenecía a lo más alto. Incluso con su inteligencia limitada, Alejandro era capaz de conectar el hecho de que él había dejado con vida a Michael Jackson y poco después alguien había traicionado a la Familia. Michael Jackson sabía que no podían ser Tom Holland o Aslan. Los dos hombres eran como hermanos para él y los dos  eran fanáticamente leales a Adrien Agreste, como lo era él. Pero no había forma de que él pudiera explicárselo a Adrien, sin quedar él mismo cortado en pedacitos; porque el único otro responsable era Michael Jackson y se suponía que estaba muerta. Alejandro estaba en un dilema. Él quería a Tom y a Aslan. Tom y Aslan le habían hecho cientos de favores en el pasado, igual que lo había hecho Michael Jackson, pero él había ayudado a Jackson y miren lo que había pasado. Entonces Alejandro decidió que no iba a ser de corazón tierno otra vez. Era su propia vida la que tenía que proteger ahora.

Una vez que matara a Holland y a Aslan, estaría a salvo. Pero puesto que eran como hermanos para él, trataría de que murieran rápido. Fue muy simple para Alejandro determinar sus paraderos porque siempre tenía que estar a mano en caso de que Adrien los necesitase. Tom Holland estaba de visita en el departamento de su amante, en la calle 83 cerca del Museo de Historia Natural. Alejandro sabía que Holland se iba siempre de allí a las cinco para volver a casa con su mujer. Ahora eran las tres. Alejandro se debatía contra si mismo. Podía esperar enfrente del departamento o subir y encontrar a Holland adentro del departamento. Decidió que estaba demasiado nervioso para esperar. El hecho de que estaba nervioso lo ponía más nervioso. Todo el asunto se estaba volviendo contra él.

Cuando esto se termine, pensó, voy a pedirle a Adri que me dé unas vacaciones. Quizá me busque un par de chicas jóvenes y me las lleve a las Bahamas. El sólo pensar eso le hizo sentirse mejor. Alejandro estacionó su auto a la vuelta de la esquina del edificio y caminó hasta allí. Abrió el mismo la puerta de entrada con un pedazo de celuloide e ignorando el ascensor subió por las escaleras hasta el tercer piso.

Se dirigió hasta la puerta del pasillo y la encontró, golpeó diciendo:

-¡Abran la puerta! ¡Policía!-Oyó unos ruidos apresurados detrás de la puerta y unos pocos minutos más tarde se abrió una pesada cadena y pudo ver la cara y parte de la figura desnuda de Kuin Hachisuka, la amante de Tom Holland.

-¡Ale!-Dijo Kuin-Eres un loco, idiota. Casi me muero del susto.-Sacó la cadena y abrió la puerta-¡Amor, es Alejandro!-Tom salió desnudo del dormitorio.

-¡Hola, Alejandro, muchacho! ¿Qué mierda haces aquí?

-Tom, tengo un mensaje para ti de parte de Adrien-Alejandro esgrimió una 22 automática con silenciador y apretó el gatillo. El golpe accionó la bala que salió a una velocidad de trescientos metros por segundo. La segunda bala le sacó el ojo derecho. Cuando Kui abría la boca para gritar, Alejandro se dio la vuelta y le pegó un tiro en la cabeza. Cuando ella cayó al suelo, le metió otra bala en el pecho para estar seguro. Es un desperdicio ese hermoso trasero, pensó Alejandro, pero Adrien no querría que deje testigos por allí.

Aslan era dueño de un caballo que corría en la octava carrera en Belmont Park en Long Island. La pista de carreras era perfecta para el caballo de Aslan. Le había avisado a Alejandro que jugara. En el pasado, Alejandro había ganado mucho con los datos de Aslan. Cuando sus caballos corrían, Aslan siempre apostaba un poco de plata para Alejandro. Mientras Alejandro caminaba hacia el box de Aslan, pensaba pesaroso que ya no habría más datos para él. La octava carrera recién comenzaba. Aslan estaba de pie en el box alentando a su caballo. Era una carrera con un gran premio y la multitud gritaba y vitoreaba a los caballos que estaban en la primera vuelta.

Alejandro se detuvo en el box detrás de Aslan y dijo:

-¿Qué estás haciendo, compañero?

-¡Hola, Ale! Llegas justo a tiempo. Beauty Queen's va a ganar esta carrera. Puse un poco de dinero por ti.

-Eso es bárbaro, Ash-Alejandro apretó la 22 contra la espina dorsal de Aslan y disparó tres veces a través de su chaqueta. El ruido no se oyó por los gritos de la multitud. Alejandro miró como Aslan se desplomaba sobre el pasto. Dudó un instante sobre la posibilidad de sacarle los boletos de la carrera, después decidió que no. El caballo podía perder. Alejandro se dio la vuelta y caminó sin apuro hasta la salida, una figura anónima entre otras miles.

La línea de Adrien Agreste sonó.

-¿Señor Agreste?

-¿Quién quiere hablar con él?

-El capitán Sheeran-Adrien tardó un segundo en ubicar el nombre. Un capitán de la policía. En el distrito de Queens. En la parte de pagos.

-Habla Agreste.

-Acabo de recibir una información. Pienso que a usted puede interesarle.

-¿De dónde me está hablando?

-Desde una cabina teléfonica.

-Siga hablando.

-Encontré de donde viene todo este lío.

-Llega tarde. Ya se han hecho cargo de ellos.

-¿Ellos? Oh. Yo solo oí sobre Michael Jackson.

-Usted no sabe de qué mierda está hablando. Jackson está muerto.-Era el turno del capitán Sheeran para estar confuso.

-¿De qué esta usted hablando? Michael Jackson está en la base de la Marina en Quantico, ahora mismo, y vomita todo lo que sabe a quien lo quiera oír.

-Estás loco-Gruñó Adrien-Yo sé...-Se detuvo. ¿Que era lo que él sabía? Le había dicho a Alejandro que matara a Michael Jackson y Alejandro le dijo que lo había hecho. Adrien se quedó pensando-¿Estás seguro de lo que dices, Sheeran?

-Señor Agreste, ¿lo llamaría si no estuviera seguro?

-Lo controlaré. Si usted tiene razón le debo una.

-Muchas gracias, señor Agreste-El capitán Sheeran colgó el teléfono complacido. En otras oportunidades había visto que Adrien Agreste era un hombre Agreste. Está podría ser la gran ocasión, la que le permitiría retirarse. Salió de la cabina telefónica y caminó por el frío aire de octubre. Había dos hombres parados esperando al lado de ellos detuvo el paso del Capitán. Le mostró una tarjeta de identificación.

-¿Capitán Sheeran? Soy el teniente Strange de la División de Seguridad Interna. El Comisario quisiera hablar con usted.

Adrien Agreste colgó el receptor con lentitud. Sabía con seguro instinto animal que Alejandro le había mentido. Michael Jackson todavía estaba vivo. Esto explicaba todo lo que había sucedido. Él era el que se había convertido en traidor. Y Adrien había mandado a Alejandro para que matara a Holland y a Aslan. ¡Dios, que estúpido había sido! ¡Burlado por un pistolero imbécil iba a perder a sus dos hombres más importantes! Sintió una terrible urgencia. Marcó un número brevemente y habló brevemente. Después de hacer la segunda llamada, se echó hacia atrás y esperó. Cuando oyó a Alejandro en el teléfono para que la furia no se notara en su voz.

-¿Como te fue, Alejandro?

-Muy bien, jefe. Como tú dijiste. Los dos sufrieron.

-Siempre puedo contar contigo, ¿no, Ale?

-Sabes que puedes, jefe.

-Ale, quiero que me hagas un último favor. Uno de los muchachos dejó un auto en la esquina de York y  la Noventa y Cinco. Es un Cámaro. Las llaves están debajo del visor para el sol. Vamos a usarlo para un trabajo esta noche. Traélo para acá, ¿quieres?

-Seguro, jefe. ¿Cuando lo necesitas? Yo iba a...

-Lo necesito ahora. Ahora mismo, Alejandro.

-Estoy en camino.

-Hasta luego, Alejandro-Adrien colgó el aparato.

Hubiera querido estar allí para ver como Alejandro volaba al infierno, pero tenía cosas más urgentes que hacer. Marinette Dupain debía estar en camino muy pronto y quería tener todo listo para ella,

La venganza de los ángeles (+18) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora