Cuando Adrien se alejó de la tumba de su suegro, ya era tarde para llegar a una cita. Decidió llamar a su oficina para arreglar el horario. Se detuvo en una cabina telefónica en el camino y llamó.
El teléfono sonó una vez y una voz le contestó:
-Acmé Construcciones.
-Habla Adri-Dijo Adrien-Dígale...
-El señor Agreste no está, llame más tarde-Adrien sintió que el cuerpo se le estremecía.
Todo lo que dijo fue:
-Tony's Place-Colgó la comunicación y volvió rápidamente al auto.
Gwen le vio la cara y le preguntó.
-¿Todo está bien Adrien?
-No lo sé. Voy a dejarte en casa de tu primo. Quédate allí hasta que tengas noticias mías-Felix siguió a Adrien a la oficina en la parte de atrás del restaurante.
-Me dijeron que los federales están en tu casa y en la oficina del centro, Adri.
-Gracias-Dijo Adrien-No quiero que me molesten.
-No lo harán-Adrien esperó hasta que Felix salió del cuarto y cerró la puerta tras de sí.
Entonces Adrien tomó el teléfono y enfurecido empezó a marcar. En menos de veinte minutos Adrien se dio cuenta de que había ocurrido un desastre terrible. Como las noticias de los allanamiento y arrestos empezaban a filtrarse, Adrien recibió informes con una creciente incredulidad. Todos sus soldados y lugartenientes habían sido detenidos. Allanamientos, operaciones juegos detenidas, información confidenciak y grabaciones secuestradas. Todo lo que pasaba era una pesadilla. La policía tenía que haber obtenido la información de alguien de su Organización. Adrien empezó a telefonear a las otras Familias del país, y todos querían saber que había sucedido. Todos habían sido golpeados y ninguno sabía de dónde venía la filtración. Todos sospechaban que venía de La Familia de Agreste. Jiromy Guardino, en Las Vegas, le dio un ultimátum.
-Estoy hablando en nombre de la comisión, Adrien-La Comisión Nacional era el poder supremo que supervisaba el poder individual de cada Familia cuando estaba en problemas-La policía está atrás de todas Las Familias. Alguien importante ha cantado. Lo que hemos oído es que uno de tus muchachos. Te damos venticuatro horas para que lo encuentres y te encargues de él.
En el pasado los allanamientos de la policía tenían la misma carnada, los sacrificables. Ahora, por primera vez, eran hombres a los que detenían. Alguien importante ha cantado. Lo que hemos oido es que uno de tus muchacho. Debían de tener razón. La Familia de Agreste era la más herida y la policía lo estaba buscando. Alguien tenía que haber dado evidencias muy sólidas o ellos nunca habrían montado una campaña tan grande. ¿Pero, quién podría ser? Adrien se echó hacia atrás, pensativo. Quienquiera que fuese el que estaba dando datos a las autoridades sabía cosas que solo sabían Adrien y sus principales lugartenientes, Tom Holland, y Aslan. Solo ellos tres sabían donde estaban escondidos los libros y el FBI los había encontrado. La otra persona que podría dar esa información era Michael Jackson, pero Jackson estaba enterrado debajo de la basura de Nueva York.
Adrien se puso a pensar en Tom Holland y en Aslan. Era difícil creer que cualquiera de los dos podría haber roto el juramento omertà y haber hablado. Había estado con él desde el principio; él los había elegido. Les había permitido tener sus propias operaciones de usura y regentar un pequeño prostíbulo. ¿Por qué lo iban a traicionar? La respuesta, por supuesto, era simple: la silla donde él se sentaba. Querían su lugar. Una vez que él estuviera afuera, ellos podían ocupar su lugar. Eran un equipo y tenían que estar en esto juntos.
Adrien estaba lleno de un ansia asesina. Los imbéciles hijos de puta estaban tratando de tirarlo abajo pero no vivirían lo suficiente para disfrutarlo. Lo primero que tenía que hacer era conseguir fianzas para los hombres que habían sido arrestados. Necesitaba un abogado en quien pudiera confiar. Jackson estaba muerto y Marinette. ¡Marinette! Adrien pudo sentir el frío en su corazón otra vez. En su mente podía oírse otra vez: Vuelve lo más rápido que puedas. Te voy a extrañar. Te amo, Marinette. Había dicho eso y ella lo había traicionado.
Adrien hizo una llamada y se sentó a esperar y quince minutos más tarde Alejandro entraba apresurado en su oficina.
-¿Qué pasa?-Preguntó Adrien.
-El lugar todavía esta zumbando de federales, Adri. Estuve dando vueltas con el auto alrededor de unas cuantas veces, pero hice como me dijiste. Me mantuve alejado.
-Tengo un trabajo para ti, Alejandro.
-Seguro, jefe. ¿Qué puedo hacer?
-Encárgate de Tom y Aslan.-Alejandro se detuvo.
-Yo...no entiendo. ¿Cuando dices encárgate de ellos no querrás...?-Adrien hizo un gesto.
-¡Quiero decir que le vueles los malditos sesos! ¿Necesitas que te lo diga por escrito?
-¡No!-Alejandro tartamudeó-¡Es... es solo que... Tom y Aslan son su hombres principales!-Adrien Agreste se puso de pie con los ojos con un brillo peligroso.
-¿Quieres decirme como tengo que manejar mis negocios, Alejandro?
-No, Adrien. Yo... seguro. Me encargaré de ellos. ¿Cuando...?
-Ahora. Ahora mismo. No quiero que vivan para ver la luna esta noche. ¿Entendiste?
-Sí, entendí-Las manos de Adrien se cerraron.
-Si tuviera tiempo me encargaría yo mismos de ellos. Quiero que sufran, Alejandro. Hazlo despacio, ¿me oíste?
-Seguro. De acuerdo-Se abrió la puerta y entró Felix muy apresurado y con el rostro gris.
-Hay dos agentes del FBI afuera con una orden de arresto para ti. Te juro por Dios que no sé como saben ellos que tú estás aqui. Ellos...
Adrien se volvió a Alejandro y le dijo bruscamente.
-¡Vete de aquí! ¡Muévete!-Se volvió a Felix-Diles que estoy en el baño. En seguida estaré con ellos-Adrien tomó el teléfono y marcó. Un minuto más tarde estaba hablando con un juez de la Suprema Corte de Nueva York-Hay dos federales con una orden de arresto para mí, aquí afuera.
-¿Cuales son los cargos, Adrien?
-No lo sé y me importa una mierda. Te estoy llamando para que arregles mi fianza así puedo salir. No me puedo quedar sentado esperando un arreglo. Tengo cosas que hacer.
Hubo un silencio y después el juez dijo cuidadosamente.
-Me temo que esta vez no voy a poder ayudarte, Adrien. Las cabezas estan en esto y si yo trato de intervenir...-Cuando Adrien Agreste habló había una nota siniestra en su voz.
-Óyeme, cagón, y óyeme bien Si yo paso una hora en la cárcel me ocuparé de que tú estes entre rejas para el resto de tu vida. Me he ocupado muy bien de ti por largo tiempo. ¿Quieres que le diga al Fiscal del Distrito cuantos casos arreglaste para mí? ¿Quiere que les diga a los de Contribuciones el número de tu cuenta en Suiza? ¿Quieres...?
-¡Por Dios, Adrien!
-Entonces, ¡muévete!
-Voy a ver que puedo hacer-Contestó el juez Jordan Barret-Voy a tratar de...
-Tratar, ¡mierda! ¡Hazlo! ¿Me oyes Bruno? ¡Hazlo!-Adrien colgó con fuerza el aparato. Su mente estaba trabajando rápida y fríamente.
No estaba preocupado porque lo llevaran detenido. Sabía que el juez Barret haría lo que le había dicho y podía confiar en que Alejandro se iba a ocupar de Holland y Aslan. Sin sus declaraciones el gobierno no podría probar nada contra él. Adrien se miró en el pequeño espejo, se arregló el pelo, se enderezó la corbata y se dirigió al encuentro de los dos agentes del FBI. El juez Barret fue en su ayuda tal como Adrien estaba seguro que haría.
En la audiencia preliminar, un abogado elegido por el juez Barret pidió la fianza y se fijó en quinientos mil dólares. Gabriel estaba allí, enojado y frustrado mientras Adrien Agreste salía de la sala del Tribunal.
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La venganza de los ángeles (+18) ©
FanfictionArtículo 1º: Honor y dignidad de la profesión: El abogado debe cuidar el honor y dignidad de la profesión-Código de ética profesional de la escuela de abogados. Marinette Dupain-Cheng está por iniciar su profesión. Todo era nervios en aquel juicio e...