Capitulo 48

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El cuarto estaba lleno de fantasma. Nathaniel Kutzberg estaba en su estudio preparando un discurso para la campaña por televisión, pero le resultaba imposible concentrarse. Su cabeza estaba llena de Marinette. Había sido incapaz de pensar en otra cosa desde que volvió de Acapulco. Verla sólo había confirmado lo que Nathaniel sabía desde el principio. Había elegido mal. Nunca debió dejar a Marinette. Al estar con ella otra vez había recordado todo lo que tuvo y dejó ir y no podía soportar ese pensamiento. Estaba en una situación imposible. Tony Stark llamaría una situación de no ganar. Se oyó un golpe en la puerta y entró Max Kante, el asistente jefe de Nathaniel, trayendo un casette.

-¿Puedo hablarte un minuto Nathaniel?

-¿No puedes esperar, Max? Estoy en medio de...

-No creo que se pueda esperar-Había excitación en la voz de Max Kante.

-Muy bien. ¿Qué es tan urgente?-Max se acercó más al escritorio.

-Tengo una llamada telefónica. Puede ser de algún loco, pero si no lo es, entonces este año la Navidad viene más temprano. Escucha esto-Colocó el casette en el grabador de Nathaniel, apretó el botón y empezó a andar.

-¿Cuál dijo que era su nombre?

-Eso no importa. No quiero hablar con nadie que no sea el senador Kutzberg.

-El Senador está ocupado ahora. Por qué no le envía una nota y veremos...

-¡No! Escúcheme a mí. Esto es muy importante. Dígale al senador Kutzberg que yo le puedo entregar a Adrien Agreste. Al hacer este llamado estoy poniendo mi vida en sus manos. Simplemente déle ese mensaje al Senador.

-Muy bien. ¿Dónde esta usted?

-Estoy en el motel Capitol en la calle 32. Habitación 14. Dígale que no venga hasta que oscurezca y que se asegure de que nadie lo siga. Sé que están grabando esto. Si esto lo oye alguien que no sea él, soy un hombre muerto.

Se oyó un click y la grabación terminó.

-¿Qué piensas de esto?-Preguntó Max. Nathaniel arrugó la frente.

-La ciudad está llena de chiflados. Por otro lado, nuestro hombre sabe qué clase de carnada usar, ¿no? ¡Adrien... por dios... Agreste!-A las diez de la noche, Nathaniel Kutzberg, acompañado de cuatro hombres del servicio secreto, golpeaba cautelosamente la puerta de la habitación catorce en el motel Capitol. La puerta se abrió con un crujido.

En el momento que Nathaniel vio la cara del hombre que estaba adentro se volvió a los agente que lo acompañaban y dijo:

-Esperen fuera. No dejen acercarse a nadie-La puerta se abrió más y Nathaniel entró en la habitación.

-Buenas noche, senador Kutzberg.

-Buenas noches, señor Jackson-Los dos hombres se miraron el uno al otro. Michael Jackson estba más viejo que la última vez que Nathaniel lo había visto, pero había otra diferencia, casi indescriptible. Y de golpe Nathaniel se dio cuenta de que era: miedo. Michael Jackson estaba aterrorizado. Siempre había sido un hombre seguro de sí mismo, arrogante y ahora esa seguridad había desaparecido.

-Gracias por venir, Senador-La voz de Jackson sonaba fatigada y nerviosa.

-Entiendo que usted quiere hablar conmigo sobre Adrien Agreste.

-Puedo arrojárselo a sus pies.

-Usted es el abogado de Agreste. ¿Por qué quiere hacer eso?

-Tengo mis razones.

La venganza de los ángeles (+18) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora