Miré por la ventana del carro, el cielo azul se alzaba sobre mi cabeza, la cual no dejaba de maquinar posibles futuros para mi y mi familia, pero más específicamente para mi.
Sentí una mano en el hombro, voltee y vi a mi hermana mayor, Denisse, evaluandome con la mirada.
— Estoy bien, Deni. Nada de que preocuparse —mentí mientras deje que su mano cayera de mi hombro y me acomode acercándome más a la ventana, fijando mi vista nuevamente en el paisaje.
— Jo, oíste a nuestros padres, puedes confiar en ellos, en todos; tanto en los gemelos como en mí. —Denisse me pellizcó la pierna al ver que aún tenía la atención fija en la exorbitante cantidad de edificios que había alrededor.
— Es gracioso que lo digas ¿Sabes? Porque aún no me queda claro algo ¿Cómo mis papás llegaron al colegio? Estoy completamente segura de que no fue cosa del destino. A menos de ahora ese sea tu apodo —cuestioné volteandome ahora sí a verla.
Mi hermana tragó pesado, su mirada bajo evitando así la mía.
— ¿Cómo puedes pedirme que confíe en ti? Tú ahora no lo haces. Te niegas a decirme por qué mis papás estaban en el colegio.
En un segundo Denisse levantó su vista, y endureciendo su expresión, me confesó:
— Es más difícil de lo que crees Josephine —esto se había vuelto más serio, ella evitaba llamarme así a menos de que estuviera o estuvieramos en problemas—. Y debería bastarte con saber que eso ya no importa. Lo hecho, hecho está. Comenzaremos de nuevo, todos juntos. Tus compañeros, el colegio, la misma Adelle; forman parte de tu "Pasado oscuro" como lo llaman algunos.
Sin más, se acomodó y con impaciencia saco sus audífonos rosados que conectó a su teléfono.
Antes de que colocara música, me le adelanté.
— Estoy muy nerviosa, no sabes cuanto —reí ligeramente y ella me vio por el rabillo del ojo—. Siempre me imaginé el momento en que mi problema saliera a la luz, pero aunque suene algo tonto; no pensé en que sería de mi después.
Quería empezar de nuevo, pero imaginar que las cosas pudieran salir mal me generaba unas náuseas horribles. Solo quería estar en paz, y lo estaría cuando me sintiera segura en mi escuela y supiera que mi "pasado oscuro" había quedado olvidado.
— Jo, se que puede ser difícil, la verdad me encantaría saber cuánto soportaste toda esa situación de mierda, pero estoy segura de que aquí será diferente. Es mejor intentarlo 100 veces a quedarse con la duda de que pudo haber pasado —quitó sus audífonos y sonrio causando que sus hoyuelos aparecieran en sus mejillas—. Sea lo que sea, estaré allí para ayudarte esta vez, pateare traseros a lo ninja si así lo amerita la ocasión, e insultare en español a todos los idiotas que quieran cagar más arriba del trasero ¿Ok? Seré la jodida policía mala del caso.
Me quedé viéndola y ambas estallamos en risas, mis padres se quitaron sus audífonos y voltearon preocupados.
— ¿Todo bien? ¿Sienten nauseas? ¿Josephine todo en orden?—cuestionó mamá frunciendo su ceño y papá esperó nuestra respuesta.
— Estamos bien ma. Solo charla de chicas —guiñó un ojo Denisse.
Mamá asintió más tranquila y siguió con su llamada de trabajo. Mi papá hizo lo mismo y se concentró nuevamente en el GPS que nos llevaría a nuestro nuevo hogar.
Ambas nos vimos, y mi hermana me ofreció un audífono; sin esperar lo tome y me acerque a ella colocándomelo.
El paisaje alumbro mis ojos , cada vez más cerca de mi nueva vida.
Esperaba comenzar de cero, olvidarme de todo lo que había ocurrido en Pensilvania. Hacer como si no hubiera sucedido.
"Empire State of mind" comenzó a sonar mejorando mi animo, y me permití disfrutarla. Lleve las preocupaciones que me taladraban hasta el mas recóndito lugar de mi mente.
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Queremos que nos quieras, Jo.
Teen FictionJosephine Livingston (llamada Jo para los cercanos) tiene una misión muy importante en sus manos: Graduarse del Instituto Roosevelt y no morir en el intento por una crisis nerviosa. Para eso debe seguir estos sencillos pasos: • No llamar la atención...