Capítulo 32: Déjame ayudarte.

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Fueron diez minutos en silencio mientras comenzábamos a comer.

-¿Entonces sabes dónde están las cámaras?- pregunté rompiendo la quietud.

-Hump, ¿Y eso qué?

-Debe haber rutas alternativas.

Vegeta me observó mientras abría su cerveza, recargándose contra la pared. Yo lo imité en silencio pensando en muchas cosas.

-No hay- respondió después de tomar un trago.

-¿Cómo lo sabes?

-Conozco muchas más cosas de las que crees, mujer- me dijo mirándome. Me recosté de mala gana pegando mi espalda en la fría pared de madera.

-¿Qué otra forma hay?- dije bebiendo con el ceño fruncido.

-Reconocerían mi auto, y caminando tardaríamos horas a demás de que nos reconocerían fácilmente.

-¿Si usamos capuchas para cubrir nuestras caras?

-No son tan estúpidos, mujer.

-Mierda...

Estábamos por terminar la pizza cuando mi teléfono vibró nuevamente. Había olvidado por qué fue que lo encontré. Lo tomé y me marcaba un mensaje de Milk.

"Dónde estás".

Decidí llamarla.

-¿Qué haces?- preguntó Vegeta observándome nervioso. Yo le hice señas para que se callara.

-Bulma, ¿Dónde estás?

-Hola Milk- dije emocionada de escucharla.

-Lo siento, hola... ¿Y bien?

-Escucha... He tenido algunos problemas... Estoy fuera de la ciudad y...

-Ay Bulma nos tenías preocupados, estamos con Krillin, Yamcha y los demás, ninguno sabía nada de tí desde ayer...

-Lo sé, lo siento, fue estúpido irme sin avisar...

-Oye tampoco hemos sabido nada de los molestos Saiyajin. Goku está preocupado, sus primos no aparecen.

-Ah, eh sí... Hablando de eso...- dije nerviosa-... Vegeta y Tarble están conmigo... Hemos salido de la ciudad por cuestiones de las empresas de nuestros padres y... Bueno, tú sabes, trabajo, papeleo, estamos ayudando en eso- añadí esperando que se lo creyera.

-Ay no querida, lo lamento por tí, me imagino que es muy idiota contigo- dijo lamentándose. Yo sonreí aliviada de que se lo creyera.

-Sí, muy idiota- dije sonriendo.

-Está bien. Escucha mañana luego de clases pensamos ir al cine con los demás, ¿Te apuntas?

-Claro, ahí estaré.

-Buena suerte Bul, cuídate mucho jovencita... Hasta mañana.

-Tu igual, nos vemos- respondí finalizando la llamada.

Sentía sus profundos ojos negros clavados en mí. Lo miré seria esperando a que hablara.

-¿Entonces soy un idiota?

Yo me sonrojé un poco y tomé otro trago de cerveza. Él me imitó viéndome fijamente. Guardé el teléfono en la mesa de luz.

-... Tengo mi camioneta- susurré cambiando de tema.

-No te pregunté eso.

-Pero es más importante pensar como volver.

Él me miró serio.

Un nunca es algo que jamás aceptaré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora