Abrí la puerta.
-Wow- fue lo único que logré articular. Unos segundos después sentí la mano de Vegeta en mi espalda.
-¿Te gusta?- preguntó parándose a mi lado con una mano en el bolsillo. Yo solo lo miré un segundo y volví a ver aquella hermosa habitación-. Te gusta- afirmó- ¿Piensas entrar?
-Claro- dije asintiendo y cerrando la puerta tras de mí.
Frente a nosotros, una hermosa habitación con paredes y suelo de madera nos esperaba, ofreciendo una hermosa vista del bosque que se alzaba fuera del terreno del hotel, con una hermosa cama tamaño Queen, con sábanas de seda negras y una frazada gruesa. Sobre la cama había un control de TV y dos hermosas batas de toalla. Junto a la cama había dos hermosas mesas de luz, con cajones y lámparas, una a cada lado.
-Creo que no será tan malo- dijo Vegeta pensando en voz alta.
-¿Y el baño?- pregunté. Vegeta solo se adentró más en la habitación y yo lo seguí hasta quedar frente a una puerta. Él me quitó las llaves y la abrió-. Gracias- dije adentrándome en el baño.
-Iré a conseguirte ropa- escuché decir a Vegeta desde el otro lado.
-De acuerdo- respondí desvistiéndome. Necesitaba una ducha urgente, y a demás era la excusa perfecta para poder pensar en soledad como a mí me gustaba. No recibí más respuesta.
Luego de unos segundos escuché como la puerta se abría y se cerraba con llave. Se había ido.
Me había dejado encerrada.
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Me limité a salir de la habitación en silencio. Luego de que se encerrara de esa forma entendí que tal vez necesitaba estar sola.
Y yo también lo necesitaba.
Volví a salir. Aún lloviznaba un poco. Desencapsulé el carro y me marché en busca de alguna tienda cercana. Fueron unos diez minutos de camino hasta que encontré una gran tienda. Decidí bajar rápidamente y encapsular el coche enseguida en caso de que pudieran reconocerlo. Me adentré en la tienda y fue entonces cuando me dí cuenta.
-¿Qué demonios le llevo?- me pregunté observando a mi al rededor. No conocía demasiado los gustos de la azulada, aunque por cómo la veía vestirse fuera del colegio me imaginaba que no era exageradamente exclusiva con esas cosas.
-¿Puedo ayudarle con algo?- escuché decir justo detrás de mí. Un tipo me miraba con una sonrisa amable. Yo solo lo miré de arriba a abajo unos segundos.
-Necesito ropa para llevarle a...
Jamás había dudado tanto al hablar de alguien.
-¿A... Quién?- preguntó el hombre viéndome curioso.
-Una compañera- dije serio.
-Ya veo... ¿Sabe cuál es su talla?
Preguntas y más preguntas. Preguntas de mierda. No supe qué demonios responder. Levanté una mano hasta la altura de mi nariz y lo miré serio.
-Es como de esta altura, delgada, buenas curvas- dije.
-Ya veo... Sígame por aquí- me dijo guiándome por un pasillo hasta llegar a una sala repleta de ropa de mujer- ¿Busca algo en particular?
-No...- dije viendo a mi al rededor. Las telas eran muy delicadas y a la vez era ropa no tan elegante- ¿Cómo sabe que buscaba esto?
-No muchos jóvenes llegan en carros como ese, jóven. Supongo que este sería el estilo de una señorita como la que me describió.
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Un nunca es algo que jamás aceptaré.
Fanfiction¿Quién dijo que Bulma es una chica débil? Su vida la ha vuelto una mujer independiente, positiva y fuerte, no necesita a un príncipe azul que la salve. ¿Quién dijo que Vegeta es insensible? A pesar de todo lo que ha pasado, el jóven príncipe no está...