Capítulo 64: Insomnio.

53 8 3
                                    

El campamento estaba completamente instalado en lo profundo del bosque. Un auto encapsulado y el otro estacionado entre los árboles. Una carpa tendida cerca del auto y una mucho más alejada, cerca del río que atravesaba por el medio del enorme terreno forestal. Era para mayor privacidad. Obviamente, las condiciones para dormir eran las mejores. En el auto estaban Goku y los gemelos. En la carpa, Nappa y Radditz. Y cerca del río, Vegeta y yo. Nos encontrabamos intentando conciliar el sueño. Sabíamos que nosotros eramos los más expuestos al daño si nos hallaban en ese lugar, por lo que el auto y la carpa estaban ubicados estratégicamente entre el río y la carretera. Si notaban movimiento extraño en el bosque, podían comunicarnos para que nos preparamos con tiempo. Todos los grupos poseíamos un arma, listos para defendernos. Teníamos las radios para comunicarnos fácilmente. Estaba intentando dormir, cuando sentí un bazo tomarme por la cintura.

-¿Ya te dormiste?

-Todavía no lo consigo...

-Creo que no dormiremos nada.

-Creo que al menos podrías esforzarte- dije en tono burlesco molestando a mi compañero.

-Claro, como tú te estás esforzando ahora mismo.

-Estaba tranquila hasta que me hablaste.

-¿Osea que ahora no estás tranquila?

-No es lo que dije.

-Pues si te incomodo o te intimido puedo irme.

-¿Tú? ¿Intimidarme? Sabes que es imposible- dije sonriendo.

-Deberías temerme, no sabes de lo que soy capaz mujer- susurró contra mi oído en tono seductor. Una sonrisa se dibujó en mi rostro.

-¿Ah sí?- cuestioné volteandome- ¿Por qué no me demuestras de que eres capaz, cariño?- lo provoqué acariciando su pecho.

-Porque eres demasiado chillona y despertarás a los demás- se burló con una sonrisa maligna. Una idea cruzó por mi cabeza-. ¿Qué estás maquinando en esa cabeza azul?- cuestionó entre curioso y divertido.

-Nada que sea viable en estas circunstancias.

-Que extraño que pienses así, ¿Acaso querías abandonar el campamento?

-Pues...

-Que vulgar, arriesgando tu vida por un poco de diversión.

-Apuesto a que tú lo harías- dije sin creerme el insulto.

-Contigo lo haría todo el tiempo- respondió.

-No me refería a eso- susurré entre risas besándolo tranquilamente.

-Pero bien que quieres, mujer vulgar y atrevida.

-Así te gusto, torpe y engreído principito.

-¿Entonces quieres o no?- cuestionó ya bastante interesado en eso, observándome de arriba a abajo varias veces.

-No- dije volteandome apoyando mi trasero contra su pelvis- soy demasiado vulgar y chillona para poder hacerlo tan cerca de donde duermen los muchachos- dije observándolo por sobre mi hombro con una sonrisa victoriosa en mi cara al sentir su leve erección. Su rostro se volvió serio y se escondió entre mi hombro y mi cuello.

-Entonces ya duérmete, porque si sigues siendo tan insolente y provocadora me obligarás a darte una lección.

-¿Vas a castigarme?- dije sonriendo ante la ventaja que le llevaba.

-Hablando enserio mujer, si sigues así, no me van a importar los demás.

-Okey, ya. Lamento haber sido una chica mala- dije volteandome a verlo con un puchero. Él me veía serio, intentando aguantarse las ganas, aunque yo sabía que pronto caería en su propio juego.

Un nunca es algo que jamás aceptaré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora