Capítulo 57: ¿Quieres quedarte en mi casa?

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Estábamos tan tranquilos. Habíamos aclarado las cosas, me había quitado un peso de ensima y estaba disfrutando realmente de la compañía de la mujer, hasta que el maldito timbre tuvo que sonar. Ella se levantó corriendo y se adentró a la casa, ¿Acaso esperaba a alguien?

-Qué más da...- susurré tomando los dos vasos y entrando a la cocina.

-¡Muchachos, bienvenidos, pasen!- escuché decir a la azulada. En eso escuché las voces de mi primo con su novia y el calvo. Hacía un buen tiempo que no me sentía tan incómodo. Las voces se acercaban más y más hasta donde yo estaba, así que decidí volver a salir, aunque fue inutil, porque Kakarotto me vio y empezó a molestar.

-¡Hey, hola Vegeta!- exclamó emocionado saliendo al patio.

-¿Qué hace aquí?- preguntó la morena con notable sonrojo.

-¡Ay ya, solo estábamos hablando!- dijo la azulada guiñándome un ojo. Mi cara de extrañeza fue notable y funcí el ceño apartando la mirada.

-Grr... Que mujer tan vulgar- susurré incómodo. El calvo apareció y no dijo nada, solo me quedó viendo y alzó la mano a modo de saludo. Fue el más agradable.

-¡Oye primo!- escuché a Kakarotto acercarse.

-¿Qué quieres Kakarotto?- pregunté molesto.

-Vaya pensé que estarías de humor, como estabas con Bulma...- comenzó a decir el tonto.

-Lo estaba hasta que llegaste- dije molesto levantándome del suelo y recostando mi cuerpo en el árbol.

-¡Ohhhhhh ya veo...!- insinuó el idiota y me puso los pelos de punta.

-¡Cállate insecto!- ordené totalmente sonrojado y Kakarotto empezó a reír. Noté a la mujer tapar sus labios un dos dedos para discimular su sonrisa. En cambio, el calvo y la morena estaban platicando a parte-. Mujer, ¿Por qué no me dijiste que vendrían?- pregunté serio.

-Lo había olvidado- sonrió tranquila mirando al cielo-. Lo que pasa es que mis padres se irán de la casa por tres semanas y les pedí quedarse conmigo- dijo tranquila sacando un cigarro del bolsillo y un encendedor.

-¿De qué hablas?- pregunté molesto.

-No quería quedarme sola- dijo inhalando el humo del cigarro y luego lo expulsó tranquila. Yo fruncí el ceño aún más y me despegué del árbol.

-Adiós- exclamé en voz alta y caminé rumbo a la salida.

-¿Qué? ¿Por qué?- preguntó Kakarotto y la mujer alzó una ceja extrañada.

-Porque veo que ya tiene compañía, así que mejor me largo- dije enfadado.

-¡Oye espera!- dijo la azulada corriendo hacia mí.

-¿Qué sucede?- pregunté indignado observándola de lado. ¿Por qué rayos los invitó a ellos y no a mí? Aunque ahora que lo planteaba de ese modo era estúpido ya que vivíamos uno frente al otro.

-¿No te gustaría quedarte con nosotros?- dijo sonriendo emocionada. En eso sentí la mirada del calvo y la morena sobre ambos, estaban demasiado sorprendidos, y Kakarotto se limitaba a reír bajito.

-Hump- exclamé apartando la vista de ella indignado.

-Vamos, tendremos comida, una sala de entrenamiento, piscina, una habitación muy cómoda... Puedes tener todo lo que tu quieras- dijo observándome retadora, y entonces lo descifré, no estaba preguntando si quería o no, me estaba retando a convivir con sus amigos. No pude evitar observarla de arriba a abajo con deseo, ya que no pude borrar la idea de dormir con ella por tres semanas. Observé sus ojos, sus labios, su escote... Alcé mi vista de nuevo y sonreí de lado.

Un nunca es algo que jamás aceptaré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora