Capítulo 38: Encuéntrame...

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Volví al salón.

Luego de mi charla con 18 había decidido pelear. Ser fuerte. Una mujer digna de respeto. La Bulma indefensa a la que ese tipo había violado ya no existía. Ahora esa Bulma se convirtió en una mujer fuerte, independiente y libre, una mujer deseada por muchos, hermosa, poderosa, inteligente, no iba a dejar que este maldito desgraciado se aprovechara de mi pasado porque mi pasado es algo que había decidido enterrar por siempre.

Antes de volver al salón fui por la chaqueta. Me abrigué y a pesar de que estaba sintiendo un poco de calor me la dejé pues nadie debía saber algunas cosas sobre mí, no quería dar explicaciones. Antes de entrar sentí un escalofrío recorrerme, pero inhalé profundo, exhalé, y entré.

-Veo que ya ha regresado- dijo el tipo bajando un poco sus gafas para observarme.

-Sí, regresé, y debo pedirle que por favor me deje de observar de esa manera o hablaré con alguna autoridad, no me importa si sea con el director o si es necesario con el mismo alcalde. Pero me saca los ojos de ensima ahora- amenacé muy segura de mí misma y me senté en mi banco muy nerviosa, fingiendo tranquilidad.

-Vaya, que carácter... Veo que tendré que hablar con usted luego.

-No me interesa hablar con usted, gracias- dije seria y saqué mis cuadernos- ¿Ya terminó la presentación?

-No... Falto yo.

-¿Y bien? Quiero comenzar la clase.

Todos al rededor observaban confundidos la situación. Algunos solo ignoraban usando el teléfono pero los demás miraban sin entender.

-Bien... Mi nombre es Cooler C. King- anunció frente a todos-. Pueden decirme maestro Cooler.

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Maldita sea, no puede ser. Ese enfermo es idéntico al maldito Freezer Cenji, el maldito dueño de la empresa Cenji, el bastardo que envía sus matones a perseguir a mi padre, es imposible que no sea él.

-Alumnos finalizando con la presentación les voy a dejar claras las pautas de trabajo y comportamiento. Uno: aprueban con siete. Dos: solo pueden salir de clases para ir al baño, a buscar algo a los casilleros o si los llama el director, si los llaman por teléfono en horario de clases no podrán atender no me importa quien sea. Tres: terminan las actividades y pueden retirarse solamente para ir a la biblioteca o la cafetería, si los hallan en otro lugar serán enviados a detención. Cuatro: serán evaluados cada mes en cada tema que veamos. Cinco: no tolero la impuntualidad, hoy es el último día que llegan tarde a mi clase- dijo observando a las mujeres-. ¿He sido claro?

-Sí, maestro Cooler- afirmaron todos a la vez, algunos de mala gana. Yo no respondí.

-Señor Vegeta Ouji, ¿He sido claro?

-Hump- susurré mirando hacia otro lado.

-¿Entendió, señor Ouji?

-¿Acaso me cree estúpido?

-Cuide su vocabulario, Ouji.

-No se haga el ofendido, usted es un irrespetuoso y un bastardo- dije furioso.

-¡Señor Ouji, no dudaré en enviarlo a detención!

-¡Como si me importara!

-¡Dos horas de castigo!

-¡Oh por Kami que grave!- me burlé levantándome del banco. Me dirigí directo hacia él. Noté como se ponía nervioso y le dediqué mi peor mirada.

-¿¡A dónde cree que va!?

-A buscar mi tarjeta de amonestación- dije sonriéndole cínicamente a lo cual se quedó sin respuesta.

Un nunca es algo que jamás aceptaré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora