Capítulo 27: Malditos insectos.

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En contra de lo que esperaba desperté antes de que el despertador comenzara a sonar. Aún llovía. Había tenido un sueño profundo pero aún así desperté temprano.

Me levanté y comencé a ejercitar. Llevaba más de un día sin entrenar y ya me sentía en mal estado. Hice mi rutina de ejercicios en tiempo record y cuando estaba por entrar al baño para asearme sonó el despertador. Lo apagué y me adentré en el baño.

Unos minutos después me encontraba ya limpio y bien vestido, con la ropa representativa de la empresa de mi padre. Iría por Tarble y por la mujer. Bajé para desayunar.

-Buen día- escuché decir desde la sala. Era 16.

-Hump.

-¿Quieres desayunar?

-¿Acaso no dormiste?- pregunté al verlo. Estaba viendo una de las películas que 18 había traído.

-Pues no- dijo de lo más normal. Pausó el video-. Hice café- agregó levantándose para ir a la cocina.

-Hump.

-Sigues siendo igual que de niño.

-¿Por qué lo dices?

-No hablas mucho- dijo con una sonrisa en el rostro.

-Y tú eres demasiado conversador.

-Puede ser- dijo alcanzándome una taza.

-Gracias- dije para luego beber un poco.

-¿Entonces irás?

-No, me vestí así porque iré a nadar.

-Vaya, que irónico te levantaste.

-Vuelvo al atardecer- dije tomando las llaves de mi carro.

-Toma- dijo pasándome una bolsa de papel madera. La observé confundido.

-¿Qué es?

-Algo para el camino.

Mi primo me guiñó un ojo. Yo asentí y salí del apartamento. Me subí a mi coche y abrí la bolsa. Donas y domplings. Sonreí de lado y conduje tranquilamente hasta el café donde mi padre me había citado.

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-Buenos días- escuché que me decían mientras me bajaba de mi carro.

-Hump.

-¿Dormiste bien?

-¿Y eso qué?

-No me gustaría que te duermas.

-No pasará.

Mi padre estaba por decir algo más cuando escuché.

-Hermano, buen día.

-Buen día Tarble- dije revolviendo un poco su cabello.

-No hagas eso, me vas a despeinar- dijo acomodando su cabello observándose en la ventana de mi coche.

-Jajaja ni que importara mucho niño.

-¡Si me importa!

-Basta- interrumpió mi padre-. Compórtense.

-Sí señor- dijimos a la vez con Tarble y nos adentramos al lugar junto con él.

Al llegar a la puerta de arriba estaba Nappa tomando las identificaciones de todo el que entraba y con un raro aparato en la cara.

-¿Te pagarán más por usar eso?- pregunté divertido.

-Identificación- dijo serio.

-Oh, vamos Nappa, sabes quién soy.

Un nunca es algo que jamás aceptaré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora