Capítulo 29: Ella está a salvo conmigo.

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Seguía conduciendo cuando ambos acompañantes se durmieron, Tarble en la parte de atrás y la azulada a mi lado. Logré sintonizar la radio de la Ciudad Satán, pero no hubo noticias del café. Unos diez minutos después apagué la radio y decidí llamar a mi padre.

No me atendió.

Llamé a 16.

-Vegeta, ¿Qué pasó?- preguntó mi primo al atender.

-Escúchame bien. He salido de la ciudad a causa de ciertos problemas. Estoy con Tarble. Avisa a mi padre si pregunta.

-De acuerdo, ¿Necesitas algo?

-No, tengo algo de dinero conmigo y mi tarjeta de crédito. A demás siempre llevo ropa de repuesto en el auto.

-Ok, avísame si pasa algo más. Yo avisaré a los demás.

-Bien, adiós- dije colgando la llamada. Unos segundos después me detuve a un lado de la ruta. Le quité el teléfono a la peliazul y marqué a su padre.

-Bulma querida, ¿Dónde estás? Tu madre te ha estado esperando en casa y yo...

-Señor Brief- lo interrumpí con la voz fría mientras comenzaba a conducir nuevamente-, soy Vegeta Ouji.

-¿Dónde está mi hija?

-Tranquilo, ella está a salvo conmigo.

-¿Dónde están?

-He decidido salir de la ciudad. Sé que es un hombre inteligente y se imaginará los negocios turbios de la empresa Cenji...- dije haciendo una pausa. El hombre estaba en completo silencio-... Escuche, esos tipos están enredados con mi padre... No sé muy bien cual sea la situación, mi padre me ha mantenido al margen toda la vida de esto...

-Por eso nadie conocía de tu existencia o la de tu hermano...

-Veo que ya va entendiendo.

-No demasiado.

-Pues estamos iguales. Todo lo que sé es que esta gente es peligrosa. Me han amenazado y perseguido en varias ocasiones. Su hija estaba conmigo cuando me distinguieron entre la multitud, por lo que he decidido traerla conmigo. Por lo que sé, no saben que es su hija y ninguno ha querido meterlos a usted y a su esposa en este enredo... Sepa disculparme por marcharme tan repentinamente y sin avisar, apenas ahora tengo la oportunidad de comunicarme, ya que su hija se durmió y pude tomar su teléfono.

-¿No quería prestártelo?

-Para nada.

-Ya veo... ¿Qué harán?

-Estamos de camino a Isla Kai, un hotel de alta seguridad y confort, pensamos pasar la noche aquí y volver por la madrugada directo al colegio para evitar que nos encuentren.

-Me parece bien...- dijo el anciano con voz quebradiza-. Hijo, te pido tengas cuidado de mi hija, es lo más valioso que tengo.

-Quédese tranquilo, no permitiré que nada le pase.

-Muchas gracias jóven. Que tengan buen viaje.

-Gracias doc, adiós- me despedí y corté la llamada. Estábamos llegando-. Tarble despierta- dije en voz alta. Mi hermano reaccionó a los segundos.

-¿Qué pasa?

-Llegamos, espera adentro, lleva la sombrilla.

-Ok...- dijo mi hermano semi-dormido bajando del coche una vez que estacioné. Me quedé solo con la peliazul.

Un nunca es algo que jamás aceptaré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora