Capítulo 35: Regreso a Ciudad Satán (Parte 2: Vegeta Ouji).

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Me levanté sobresaltado.

Estaba durmiendo tranquilo cuando sentí los empujones en mi espalda. Me senté de golpe y observé a mi al rededor. La mujer ya estaba despierta y aún no se preparaba. Me levanté en total silencio y comencé a vestirme. Sentía su maldita mirada azul clavada en mí pero traté de ignorarla. ¿Por qué era así? Tan caprichosa y decidida que siempre obtenía lo que quería. Definitivamente me estaba haciendo mal este acercamiento, aunque debo admitir que me encanta, pero no está bien. Ella está confundida y no quiero que se me pegue la estupidez a mí.

Me volteé y noté que iba a salir, supongo que a buscar a Tarble. No sé cómo llegué a su lado, pero al tenerla tan cerca todo de ella me cautivó. No pude hacer más que abrazarla desde atrás. Ella se tensó de golpe y yo me sonreí internamente ante esa reacción. La dí vuelta con cuidado para que quedara frente a mí. Era tan atractiva. Buscaba sus ojos y al encontrarlos me dominaron mis instintos y me dejé llevar.

La besé.

Otra vez besé sus labios, otra vez me sorprendía de lo increíble que era besarla, como si todos mis sistemas se encendieran de golpe y un electroshock me nublara la mente. Simplemente volaba con cada beso de esa peliazul caída del cielo, o mejor dicho, salida del mismo infierno.

-Con cuidado- fue lo único que pude articular cuando volví a la tierra y me separé de ella. ¿Por qué, infeliz, eres así, estúpido Vegeta? Me estaba volviendo loco. Mi mente me decía una cosa, pero mi cuerpo no acataba mis propias órdenes, hacía lo que quería, y está mal. Necesito que todo esto acabe para volver a mi vida. Colegio, amigos, zorras, futbol, artes marciales. Ese es mi mundo.

Terminé de preparar todas mis cosas y salí. Tenía que comer algo urgente, el hambre me mataba. Al salir ví a la peliazul aproximarse al cuarto.

-¿Qué haces?- me preguntó al estar cerca. La observé de arriba a abajo. Clavé mis ojos en los suyos, quedando totalmente cautivado.

-Iré a buscar la ropa- respondí unos segundos después. Noté cómo se sonrojaba levemente.

"Demonios, es tan sexy... ¿Qué? Déjate de estupideces, ella no te quiere, prefiere al gusano cursi, si me quisiera no me besaría para después alejarse así, mejor piensa en ti mismo, Vegeta. Y si algún día se da la oportunidad de tirártela lo harás, pero nada de sentimientos".

-Ok. Me voy a preparar- dijo intentando entrar al cuarto pero la detuve atravesando mi brazo frente a ella, apoyando la mano en el marco de la puerta- ¿Qué te pasa?- me cuestionó seria. Yo no le hablaba. Sus malditos ojos me tenían loco. Tomé su rostro con delicadeza y la besó despacio, intentando provocarla, y lo hice- ¿No era que no querías nada conmigo?- susurró una vez que nos separamos, a unos centímetros de mi boca.

-Jamás dije eso- le susurré observando sus labios- solo creo que no es justo para ninguno estar así.

-¿A qué te refieres?

-No hay tiempo ahora. Vístete. Te traeré café- le dije marchándome. Gracias a Kami, el hambre me había sacado de esa nube de confusión, llamada Bulma.

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-¿Sigues aquí?- pregunté desde afuera de la habitación. Había conseguido café y algunas barras de chocolate. Le dejé varias a Tarble y guardé una para la azulada.

-Pasa- dijo abriendo la puerta. Pasé y dejé nuestras dos tazas de café caliente y un "Snickers" en la mesa de luz. Estaba terminando de peinarse el cabello y lo ató en una fuerte trenza. No se veía nada mal.

-¿Esa ropa es la que vas a tirar?- pregunté serio. Estaba vestida con la ropa de la Corporación Cápsula.

-Me gusta más lo que me compraste- respondió ignorando mi cara, estaba totalmente sonrojado y no lo pude discimular. Lo había hecho a propósito, la conocía. Fruncí el ceño molesto.

Un nunca es algo que jamás aceptaré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora