Estaba cansado del partido, pero realmente ahora que tenía la aprobación de la mujer quería volver a entrenar más que nunca. No tenía tiempo para fiestas estúpidas, aunque... Es cierto que me merecía festejar el triunfo de los mejores jugadores de Japón.
Claro que mi decisión no fue porque ella iría. O al menos eso creo. Jamás lo reconocería frente a Kakarotto aunque el muy idiota se percató y comenzó a burlarse. Yo me marché a paso rápido de ahí para ir a ducharme y vestirme con una ropa más fresca ya que el calor era insoportable. Mientras caminaba al vestuario escuchaba las felicitaciones de todos y sentía la mirada de varias mujeres sobre mí, mientras las escuchaba preguntarse si yo iría. Ja, ineptas, yo no estaba más para ellas.
-¿Irás esta noche?- me preguntó 17 mientras nos bañábamos en las duchas del colegio.
-Con Kakarotto y sus amigas. ¿Tú?
-Creo que iré por mi parte con 18 y los demás Son.
-De acuerdo- dije saliendo de la ducha sintiéndome como nuevo. Me vestí y en eso la figura de la mujer alentándonos volvió a mi mente y es que se veía realmente sexy con ese traje diminuto de porrista. Pensaba en esa misma mañana, y en los días anteriores, donde había tenido la oportunidad de besarla, pero me había dado cuenta de que siempre el que iniciaba todo era yo y eso me llevó a dudar. ¿Acaso aún no había superado a ese insecto? ¿Lo seguiría prefiriendo? Y es que mi reputación de rebelde y rompecorazones podría hacer que ella prefiriera a otro. Es cierto, parecía que le gustaba cuando estábamos juntos y a veces lograba desesperarla hasta hacerla rogar por más, pero jamás habíamos pasado de los besos, y eso tal vez hacía que no le importara como ella a mí. Y es que ahora estaba dispuesto a dejar todo por ella, era mía, siempre lo fue, desde el primer día en que la vi, y no la perdería de nuevo. Con esa idea en la cabeza me despedí de todos y me marché de nuevo a mi apartamento...
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-¡Bulma!- me gritaron Lansh y Lunch en medio del pasillo. Ellas habían entrado al equipo hace muy poco pero eran realmente buenas.
-¡Chicas!- dije feliz abrazándolas, aunque no pude evitar hacer una mueca de desagrado ya que estábamos todas sudadas.
-¿Vas a la fiesta?
-Claro, voy con Milk y Goku, ¿Ustedes?
-Con los demás- dijo Lunch, ambas estaban sonrientes.
-De acuerdo, nos vemos allá.
-¡Bulma espera!- se precipitó Lansh.
-¿Qué sucede?
-Yamcha igual irá...
-Oh, ya veo, pues que vaya, a mi no me interesa- dije sin dejar de sonreírles. Podría parecer tonto pero ya había superado a lo de Yamcha, al menos eso creía, aunque igual cuando se acercaba a darme explicaciones no quería escucharlo. Sé que estaba siendo maldita con él al no decirle que lo había perdonado, pero no quería reconocerlo, mi orgullo me impedía hacerlo. Estaba segura de que se moría por acercarse a mí, y eso me inflaba el ego hasta arriba. Obviamente jamás volvería con él, me había engañado y eso en una relación no se perdona, pero sí podríamos llegar a ser amigos. A veces pensaba que hubiera sido mejor quedarnos de amigos en vez de avanzar... Me maldecía por mi decisión errada.
Luego de ducharme y vestirme en el colegio tuve que esperar a Vegeta ya que él me llevaba y había olvidado mis cápsulas.
-Vaya, te tardaste bastante- dije indignada al verlo aparecer por un pasillo.
-Hump, había olvidado que tengo que regresarte a tu casa- dijo restando importancia y saliendo.
-¿¡Cómo te pudiste olvidar de una flor tan delicada como yo!?- grité aún más indignada saliendo tras él.
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Un nunca es algo que jamás aceptaré.
Fanfiction¿Quién dijo que Bulma es una chica débil? Su vida la ha vuelto una mujer independiente, positiva y fuerte, no necesita a un príncipe azul que la salve. ¿Quién dijo que Vegeta es insensible? A pesar de todo lo que ha pasado, el jóven príncipe no está...