Capítulo 66: Paoz.

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Habíamos llegado a Paoz.

Después de el largo viaje, nos encontrábamos de nuevo en mi antigua ciudad. La neblina que reinaba en esa zona montañosa de Japón hacía que amargos recuerdos vinieran a mi mente. Tallé mis ojos varias veces antes de poder observar bien todo a mi alrededor. Estábamos detenidos al costado de la carretera, cerca de un enorme cartel luminoso de estilo retro. Observé dentro del carro y me percaté que solo estábamos 17 y yo, el otro carro estaba bastante lejos.

En ese momento recordé la pelea con Vegeta, ¿Que rayos le pasaba? Sí, entiendo que quisiera cuidarme pero no era necesario que hiciera tanto alboroto. A demás, quizás mi padre tenía razón, quizás había muchas cosas que todavía no conocía y debería investigar más de cada cosa que escuchara. Aún así, estaba un poco arrepentida de haberlo golpeado así, pero obviamente no se lo reconocería nunca, así como él no reconocería que fue exagerado al reaccionar así.

Escuché a 17 quejarse un poco mientras dormía, me acerqué a él lo suficiente para tocar su frente. Estaba bien de temperatura, aunque sí bastante agitado. Notaba un frío sudor en su frente pero era muy leve. Quizás una pesadilla. Acomodé sus cabellos largos detrás de su rostro para observarlo, y en ese momento abrió sus enormes ojos azules de golpe.

-Oh por Kami, 17, me asustaste- dije llevándome una mano al pecho por la sorpresa.

-¿Qué hacías tan cerca?- cuestionó confundido observándome directo a los ojos.

-Te estabas quejando así que me acerqué para revisarte, pero solo estás con la presión baja. Quizás por la ansiedad- dije serena pasándome al frente del carro junto a él en medio de la oscuridad-. ¿Estás bien?- pregunté abrazando mis rodillas.

-No lo sé...- dijo apartando la mirada unos segundos mientras se acomodaba en la misma pose que yo- ¿Tú lo estás?

-Touché...- susurré bajando la mirada. Sentí su mano acariciando mi hombro con suavidad, y no pude evitar enfocar mis ojos en su rostro de nuevo. No pude sostenerle mucho tiempo la mirada, y pronto volví a bajarla, pero él me tomó por la barbilla para que lo viera.

-¿Por qué golpeaste así a Vegeta hoy?

-Porque se lo merece, no soy un bebé, una idiota o una zorra como para que exagere tanto cuando se trata de que otros se acerquen a mí.

-¿De verdad crees que lo hace solo por él?- preguntó sonriendo tranquilo después de bajar su mano.

-Y sino ¿Por quién? Es el orgulloso príncipito, todo gira en torno a él- susurré frustrada y dolida.

-Bulma... Tu sabes que no es cierto...- dijo serio mirando al frente-... Digo, no sabes cómo era antes de ti, no puedes siquiera imaginar la horrible persona que Vegeta era... Solo viste un poco cuando apenas llegaste, pero desde la primera vez que cruzaste por esa puerta en el salón, no es el mismo de antes. Le bastó con verte para que algo en su persona fuera quebrantado...

Hubo unos minutos de silencio en los cuales me sentí una completa infeliz por lo sucedido.

-¿Cómo estás tan seguro de que cambió? Digo... A veces sigue comportándose como un idiota conmigo... O busca aislarme, como si quisiera que solo fuéramos él y yo...

-Pues tú lo has dicho- dijo interrumpiéndome-. ¿No crees que se pone así por miedo?- dijo en un susurro, como si temiera que desde lo lejos Vegeta lo escuchara.

-¿Vegeta, miedo? No son dos palabras compatibles.

-Nos falta mucho por conocer de él, Brief... Pero lo que sí puedo asegurarte es que desde el primer día, no hubo un solo día en el que no dijera que "esa mujer debe ser mía, no importa qué"... Y esa mujer eres tú... ¿Sabes? Creo que en el fondo, es miedo a perderte lo que intenta disfrazar con orgullo... Porque fue criado en un hogar complicado, y le enseñaron que no debía mostrar debilidad...

Un nunca es algo que jamás aceptaré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora