Un nunca es algo que jamás aceptaré.

Capítulo 9: ¿Te conozco?

"Boggie Back" *ta tara tara ta ta...*

En el instante en el que comenzó a sonar mi canción preferida apagué la alarma. Me desperté desconociendo el lugar, pero luego de unos segundos recordé que ahora mi vida había cambiado.

Me senté en mi cama y aprecié la vista. El sol apenas estaba saliendo. Me levanté luego de 5 minutos y fuí directo al baño. Me lavé la cara y los dientes, alisé mi cabello y me lo dejé suelto. De ahí fui al vestidor. Tomé la falda, la camisa, la corbata, las medias altas y me vestí. Me puse unas botitas negras, pulseras y mi reloj de plata y salí de allí.

Me senté en mi mesita donde guardaba el maquillaje y me miré al espejo.

-Ash, que asco- dije luego de unos segundos de verme. Sabía que en realidad no era fea, pero estaba acostumbrada a usar mi maquillaje y cuando no lo traía me sentía horrible. Saqué del cajón el delineador azul, la máscara para pestañas y un labial rojo. Me maquillé, y una vez terminado me puse mi perfume preferido, tomé mi mochila y bajé a desayunar.

-¡Buenos días!- dije a mis padres, pero mi humor cambió totalmente al pasar frente al televisor.

*IZORA OUJI FALLECIDA EN UN TRÁGICO ACCIDENTE AUTOMOVILÍSTICO*.

El cartel del noticiero me dejó en shock.

-Izora Ouji, esposa de Vegeta Ouji y ex-dueña de la empresa Vegita Corp., falleció anoche en un accidente automovilístico sobre las calles Sheng y Kien San, tras un choque con un ladrón que conducía a toda velocidad huyendo de la policía tras un robo en la tienda de Lee Jewels. El hombre quedó gravemente herido, en estado de coma bajo cuidados de terapia intensiva, pero hasta estas condiciones son favorables en comparación de lo que sufrió la pobre mujer, fallecida hace aproximadamente diez horas atrás. El Señor Vegeta Ouji expresó esta mañana que su esposa ya fue enterrada en un lugar lejano a la ciudad. No obtuvimos más información, por ahora, solo sabemos que la Corporación de los Ouji quedará en manos del Señor Vegeta hasta nuevo aviso como único poseedor de la misma...

Me quedé en silencio luego de apagar el televisor.

-Así que ya te enteraste- afirmó mi padre al verme.

-¡Qué horrible noticia!- exclamó mi madre sollozando- ¡Ese jóven se ha quedado sin su mamá!

En ese momento fue cuando aprendí a valorar a mi madre.

-¿Cómo dormiste querida?- preguntó mi padre dándome un beso en la frente una vez que estuve cerca.

-Bien, realmente lamento mucho lo de Izora- dije triste mientras me adentraba en la cocina.

-¿Quieres desayunar querida?- dijo mi madre amablemente.

-Claro... Mamá- la llamé pensando en lo que había pasado, sentía un nudo en el estómago.

-¿Sí mi niña?- dijo sonriendo.

-¿Me prometes que nunca te pasará nada así?

-¡Pero claro que te lo prometo! Por supuesto mi niña, siempre estaré para ti, a demás yo no sé manejar- dijo la última frase riendo y eso me trajo un alivio al alma.

-¡Creo que es un buen momento para hacer un trato con los Ouji!- dijo mi padre seriamente.

-¿Un buen momento? Papá ¿Pero qué estás diciendo?- pregunté confundida.