Un nunca es algo que jamás aceptaré.

Capítulo 54: Nuevo comienzo.

Estaba acostada en su cama, desnuda, sintiéndome como una niña que acaba de perder la virginidad. Y sí, estuve con otros hombres antes a demás de Yamcha, pues mi vida superficial y degradante en Paoz era muy diferente y solo tenía falsos amigos con los que salíamos de fiesta, fumábamos, tomábamos, nos acostábamos, y luego hablábamos mal del otro con el resto. Pasé por muchas cosas, y sé que tal vez podrían juzgarme de zorra o de hipócrita, pero en ese momento no me importaba y mi vida era un desastre. Sé que no era virgen desde hace mucho, pero, por Kami, jamás me lo habían hecho de esa manera. Aunque estuve con otros, solo me había llegado a desnudar por completo por Yamcha, pero jamás me había sentido tan excitada, tan inmensamente deseosa, como si fuera mi primera vez, experimentando un placer inimaginable. Maldita sea, ¿Es que tenía que ser bueno en todo? Sabía que era arrogante hasta el extremo por razones obvias, y es que siempre se esforzaba para ser el mejor en todo y lo lograba, pero jamás pensé que también fuera así en la cama.

Algunas dudas entraron en mi pecho cuando se levantó de la cama, y no quería sentirme así, pero sentirlo lejos de mi cuerpo me hizo sentir terriblemente sola, con el miedo de que después de esto perdiera el interés en mí, como solía pasar seguido en mi antigüa ciudad. No quería que eso pasara, no de nuevo, no con él. En menos de un segundo había recobrado las fuerzas para levantarme y saltar a sus brazos, besándolo con una pasión y fuerza que ni yo sé de donde las sacaba luego de ese encuentro tan intenso.

-Segundo round- susurré antes de besarlo para luego quedar nuevamente en su cama. Me sentí plena al ver su sonrisa en cada segundo que luchábamos por ver quién hacía que el otro ruege primero, quién dominaba al otro, y es que inevitablemente con él todo era una guerra, incluso en la cama, y eso me fascinaba.

Perdí la cuenta de las veces que lo hicimos esa misma noche, y cada una de las veces