37. (Little clue.)

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Abrió los ojos y tomó conciencia del momento. Y de la hora que ya era, Liza había prometido pasar por a su casa siete treinta, escasos dos minutos tenía aún... mismos que probablemente desperdiciaría en su ronda de celos por el día. Sí recordar como Fabiana tomaba a Valentina de la mano, o le decía cosas lindas... no, para ella simplemente no lo eran... además se sentía preocupada, ¿y si Val en lugar de sentirse atraída empezaba a alejarla?

Escuchó un par de golpes en la puerta, y luego otros más desesperados.

Sí, efectivamente, era lo suficiente tarde, y ahora debía darse prisa para comenzar el caos, un caos creado por dos, que hasta ahora habían resultado las mejores amigas, con la usencia de Sasha por aquello de su galería o exposición.

De un salto bajó de la cama, buscado un outfit ideal para ese día soleado, y frío, hermoso. Saltaba en un pie intentando ajustarse los jeans, y con la otra mitad del cuerpo dentro del guardarropa, buscando que más usar arriba.

¡AHORA VOY! – escuchó claramente el quejido de Irina.

De repente los ronroneos de un gato y el pelaje del animal le acariciaron las piernas, era Poliéster, el gato de Fran, el anciano vecino de al lado.

No me mires así, no tienes derecho. – le habló al gato. – ¿Crees que no he pensado que estoy loca? – de celos, sí, y bastante. – Sé que no está bien dormir tan tarde, dándole vueltas. – un maullido. – pero soy humana, es lo que debo hacer.

Hablaba con el gato de sus celos. De los celos que le brotaban día a día al recordar la escena de Valentina y Fabiana, y como al tenerla tan cerca, no pudo robarle un beso, ni uno, uno que fuera a apenas y siquiera próximo a los labios de la niña Carvajal.

No sabía que la enfurecía más, el hecho de que Fabiana tuviera tanta cercanía con "su chica" o que Valentina ni por error viera la intención obvia que Juliana tenía con ella... se llenaba de celos, quería gritarle a Fabiana que se hiciera a un lado, tomar a Valentina por la cintura y ahogarla con un beso, que se desarmara en sus brazos, pero esto era algo que implicaba mucho más... y si para tenerla cerca por completo debía interpretar a "esa Juliana" lo tendría que seguir haciendo.

Hey, buenos noches. – saludó al abrir la puerta.

Y, buenos días, que pasaron cuatro horas desde que dijiste, "ahí voy" y no fuiste...– reclamó Irina abriéndose paso al apartamento de la modelo. – El lugar se ve más de decente que el anterior, ¿hemos contemplado una sex date próxima con Valentina? – Liza se rió, y Juliana negó riendo también.

¿Cómo está?

Cada vez que venimos aquí preguntas lo mismo, que es casi cada tercer día, y no hace mucho que la viste, ¿de verdad necesitas saber cómo está?

Está bien. Gracias por preguntar Juli, ¿tu cómo estás? – habló Liza.

Bien... un poco, nerviosa creo.

Oscar me llamó para decirme que estuviera preparada para la noche, supongo que es normal por lo que pasó. La reunión de mañana irá bien. 

¿Nerviosa? No deberías, Valentina no va a dejar de hablar de ti, y de lo insoportable que eres. – agregó Irina.

Justo por eso, me encuentra insoportable... nada más.

Juliana... ¿Qué cosas dices? – se rió Liza. – ¿No la conoces?

En teoría no.... – dijo Irina, Liza la miró con desapruebo – No lo dije de "esa forma", sino que, bueno Juliana no supo cómo era Valentina cuando prácticamente babeaba por ella sin querer aceptarlo.

ANTOLOGÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora