Después del resumen que Val había pulido para sus amigos, un vino, y demasiados abrazos era la hora de irse para todos, habían pasado más o menos dos horas, y casi eran las dos con treinta de la madrugada... y Valentina estaba como ausente, por momento se quedaba callada, tocándose los labios, o viendo al exterior... nadie sabía si era que ya tenía sueño o algo había sucedido... solo nosotros lo sabíamos.
– Pues de lo bueno poco, pero tenemos que irnos de inmediato. Parece que Val está que se cae de sueño – habló Oscar atrayendo la atención de V. – Yo mañana debo estar... debemos estar a primera hora en la sesión. – Valentina asintió.
Cada uno tomó lo que era suyo, muchos más abrazos y besos, y una cita para el café del otro día. Un auto arribó por Oscar e Irina... la chica no quería despegarse de Valentina pero sabía que tenía que irse, ya se había desvelado demasiado y seguramente las ojeras de mañana serían abominables.
– Ándale ya, mañana el café...–
– Prometido eh... tú lo escuchaste Liza, lo prometió. – Irina decía, pareciera que tenía miedo de que Valentina fuera a olvidarla de nuevo.
– Prometido, pactito ruso. – Irina sonrió y subió al auto.
Quedaron nuevamente Liza y Val, como era de esperarse el chofer de Valentina llegó poco después de que Irina y Oscar se habían ido. Se despidió de su mejor amiga con un largo abrazo y subió a la SUV color negro.
– ¡Me avisas cuando estés por llegar! – gritó Liza.
– ¡Mejor cuando llegué, mi teléfono está a nada de morirse! – Liza rió y asintió. Cuando Valentina miró hacia atrás Liza volvía al interior de su apartamento.
– ¿A casa señorita? – preguntó el chofer.
– Por favor...– contestó Valentina.
Se acomodó en su asiento mirando las luces, no había tráfico y se veía más tranquila la ciudad... para evitar quedarse dormida debía distraerse con algo. Tomó su teléfono y notó como no tenía notificaciones, ni nuevos mensaje, era extraño.
Deslizó su dedo por la pantalla y notó como tenía su teléfono en "do not disturb" una vez que cambió su el perfil del teléfono, éste sonaba como loco... instagram, twitter, llamadas de Eva, de Guillermo, de mamá de papá.
No muy diferente a ella Liza había recordado que tenía teléfono y buscó por todo el apartamento al aparatito. Cuando dio con él noto el ciento de mensajes que tenía, y como jamás se había percatado de que estaba en modo silencio.
"78 notificaciones de: Juliana V."
Eso era... ¿raro?
Valentina por otro lado, había notado el número 32 en rojo en el icono de mensajes, el número 7 en rojo para las llamadas y todos provenientes del mismo número desconocido. Se disponía a revisarlos cuando una vez más su teléfono se encendió mostrando la llamada entrante del número. ¿No sería Fabiana llamando desde Asia? No, ese número era local.
– ¿Quién es? –
– Señorita, disculpe pero este es el último número que la señorita ha estado marcando, no está en el mejor estado, y sería bueno que vinie...– escuchó como el teléfono fue arrebatado.
– Dije, ¿Quién es? – volvió a preguntar esta vez con un tono de voz más severo.
– ¿Así le contestas a todos? – se escuchó una risa del otro lado de la línea. – Tienes un problema. – era claro que no estaba en sus cinco sentidos, y que esa voz era de quién la tenía como "ausente".
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ANTOLOGÍA
Romansa|AU JULIANTINA| Juliana es una aspirante a supermodelo con deseos de ser una futura diseñadora, mientras que Valentina trabaja para una editorial con la que soñó trabajar desde siempre. En su viaje yendo ambas por la vida, juntas descubrieron que...