Liza se paseaba entre anaqueles buscando qué llevar. Como era de esperarse, parecía obvio el hecho de que no estaba sola. Y contrario a anteriores veces, no se trataba de Irina la compañía, era su "nueva amiga".
– Pareciera que no es mucho lo que tienes que hacer hoy. – Vida se rió negando con la cabeza. – Sorry, not sorry. –
– Estás en lo correcto, cuando Ary está en la ciudad no me queda mucho por hacer, y hoy, no hay mucho. – Liza solo asintió con la cabeza.
– Por momentos olvidó eso. –
– ¿Qué? – preguntó Vida.
– Que Valentina tiene de todo tipo de amigos, pero no "normales". –
– Sus mejores amigas son dos modelos reconocidas, y su vida parece que salió de la cabeza de algún escritor de romcoms cliché, no habría que esperar menos. – Ambas rieron.
– Ahora que lo trajiste a colación, en parte es eso por lo que quería verte, porque te juro que necesitaba tener esta plática contigo. –
Liza había tomado la primera oportunidad que se le presentó para citarse con Vida, últimamente parecía que todo empezaba a complicarse... incluso más de lo que debía.
– Bueno, y qué ha sido. – Liza respiró hondo y habló.
– Estoy casi segura de que Valentina sabe... no casi no, Valentina sabe de ti, y de Araminta... y cómo, no lo sé...pero pidió que habláramos de ustedes. –
– ¿Y qué le dijiste? – preguntó la otra chica mientras se acomodaba el berét que traía puesto. Liza la miró. – Espero que no haya sido nada que comprometiera, y no a nosotras... I meant, a Juliana, nada que comprometiera a Juliana. –
– No... y es que es eso... no he dicho nada, no dije nada... además para eso la reunión de hoy. – Liza seguía buscando en el anaquel un tipo diferente de snacks al que ya llevaba con ella. – De todos modos, no llego a entender cómo fue que dio con ustedes. No me lo explico. –
– Tal vez está recordando. – Liza la miró. – Que no entusiasma mucho la idea de que recuerde al parecer. – Agregó Vida después de notar el gesto en la cara de Liza.
– No es eso, creo que...–
– Les preocupa que tanto le pueda afectar a Valentina si lo recuerda de golpe, ¿no? – Liza asintió.
– Y con lo extraña que Valentina puede llegar a ser no lo dudo, a veces hacía cosas que ni yo sabía por qué, la creo que capaz de haberse dejado pistas solo "en caso" de que alguna vez le pasara algo como esto. –
– Mmm, para ser sincera, parece extraño que de todo lo que pudo haber recordado, Ari y yo seamos lo primero, yo podría decir que se debe a... no sé, algo que tenga que ver con Ari tal vez, sus padres se conocen, Araminta tampoco pasa tan desapercibida en occidente. –
– Créeme que eso es lo que espero. –
– A todo esto, ¿pensaron en algo que le pudieran decir? Lo digo por aquello de que se lo llegue a preguntar a Juliana uno de estos días, si no llega a ver juntas. – Liza estaba por agregar algo, cuando el sonido de su teléfono la distrajo. – Contesta, no pasa nada. –
Valentina.
Irse.
No está.
El juego de palabras clave para lograr que Liza saliera de ahí de inmediato. Dejó todo lo que llevaba con ella, se deshizo de todo. Y con un adiós rápido despidió a Vida, que por supuesto entiendo la situación. Juliana no mentía cuando decía que la niña carvajalita era un caso especial.
*
Forty minutes, I'm really sorry ma'am...
Liza había llegado con la paciencia y la calma destrozadas. Sentía que era tardísimo, había contestado todos y cada uno de los mensajes que tanto Eva como Irina le habían dejado, la mayoría de estos sin respuesta alguna. Todos ayudándole a tejer una telaraña de malos pensamientos en su cabeza, sobre todo aquel al que Irina había contestado con un "ok" QUÉ DIABLOS SIGNIFICABA OK, ni siquiera tenía sentido la respuesta, por si fuera poco el conductor del taxi había decido iniciar una plática que no llevaba a ningún lado.
Liza era probablemente de las personas más educadas que existían, pero hoy, después de esto no tenía ganas de hablar con un completo desconocido. Cuando estuvo frente al edificio Liza bajó del auto y le arrojó el billete de cien dentro del taxi, para seguir corriendo después. A lo lejos pudo distinguir la silueta de Irina dándole la espalda, parecía estar esperando en el lobby.
Tanta era la prisa y el desespero con el que corría que no se percató de un pequeño detalle: la puerta de cristal.
– Tsk, para entrar tienes que abrir Liza, una razón más para creer que no eres humana, eso y tus ojos desproporcionales a tu cara al tamaño de tu cara. – Irina la tomó de la muñeca y le dio un par de palmaditas en la frente.
– Estás loca, no te soporto la verdad, cómo puedes brom...–
– Hey, sh, infancia traumática, no loca, so jot that down. – Nuevamente tomó a Liza de la mano y la miró directo a los ojos.
– ¿Tomaste algo? – Liza le preguntó en un tono de voz serio. Irina negó con la cabeza tratando de encontrar la mirada de su mejor amiga que parecía evitarla.
– Ya sé que no estás bien, Liz... – Liza guardó silencio. – Respira, no va a pasarle nada, respira. –
Bastó con 15 segundos para que los ojos de Liza se llenara de la lágrimas, cuando de Valentina se trataba sentía que no podía, era cómo la hermana que siempre había querido, cada que algo malo le sucedía Liza debía actuar como si todo estuviera bien. Gracias al cielo no estaba sola.
– Iri... si algo... –
– No, si nada... Eva está arriba, está haciendo unas llamadas, está bien solo respira. Tienes que calmarte. Valentina está bien... seguro lo está. –
Liza se dejó abrazar por su amiga que rara vez tenía este tipo de atenciones, pero cuando las tenía era porque resultaban más que necesarias. Irina le abrazó por varios minutos ahí en el lobby, ella sabía que no tenían que subir de inmediato, Eva estaba haciéndose cargo y era seguro que ya tenía a medio mundo buscando a su hermana menor.
– Iri, te quiero. –
– Yo igual Liz, y hey, Val está bien... va a estar bien. –
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ANTOLOGÍA
Romance|AU JULIANTINA| Juliana es una aspirante a supermodelo con deseos de ser una futura diseñadora, mientras que Valentina trabaja para una editorial con la que soñó trabajar desde siempre. En su viaje yendo ambas por la vida, juntas descubrieron que...