29. (Honest.)

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N/A

Felicidades, llegaron al capítulo en el que desbloquean su cupón de estabilidad emocional. Misma que les será dosificada en cada capítulo a partir de este, no más llorar. De nada, xx.

***

Hace rato que Valentina estaba lidiando con esa ronda tardía de tonterías de parte de su madre que estaba al teléfono con ella, todo gracias a que por fin estaba por mudarse a su departamento y esta vez sí con todo, y solo ella.

¿Un pasamontañas? No vamos a profanar tumbas mamá. – Estaba batallando con encontrar la punta de la cinta adhesiva. – ¿Un bate? ¿Para qué? – Rodó los ojos ante el comentario de su mamá. – No vivo en el subterráneo. – Su madre tendía a exagerar un poco las cosas cuando se trataba de viajar a nueva york para visitarla, todavía no era navidad, por qué se precipitaba tanto.

¡Eva! ¿¡EVA!? – llamó a su hermana. – Sostén esto. – Le dio a Eva la punta de la cinta, para que la cortara por pedacitos. – ¡Joder! – Lo mismo de cada año. – No, no mami, ¡Mamá! No era para ti, fue para Nick... – y pateó al pobre chico. Estaban en el corazón de Manhattan ayudando a Nick – Oscar's true love – No mamá, se está yendo, si, otro día hablas con el... si me avisas en cuanto salgan de Verona, claro, sí, mañana, aja, sí, ok, sí, aja sí, si... Okay bye. – Fin de la llamada.

Pudiste habérmela pasado. – reclamó Nick. Eva se rió.

¿Se puede saber a quién se le ocurrió esta grandiosísima idea? – dijo Valentina mientras hacía unos trazos sobre el enorme lienzo de tela sobre la pared.

Nick, bien... Nick era la única persona para la cual Oscar tenía ojos, Nick era dueño de una cafetería que la hacía de bar y de desayunador popular, en Manhattan.

Por qué no se te ocurrió decirle antes, estos días no está muy de buen humor. – argumentó Eva y Valentina le arrojó la cinta adhesiva. – Lo ves. –

– Deberías de tomarte más en serio tu establecimiento. –

Pero Val, si tú eres un bombón que todo lo puede, ¿No? – Valentina solo se rió.

Sabes cuánta hambre tengo, después de la "platica" furtiva que tuve con la colega de Eva, no sé cómo consiguió que nos viera tan de madrugada. – Nick volteó hacia donde Eva estaba La hermana mayor solo asintió a algo que Nick le había preguntado con la mirada.

Y, ¿Qué dijo? – preguntó Nicholas.

Pues...–

Mismo día, 7:00am. Horas antes.

Buenos días Valentina, tu hermana dijo que vendrías. –

Buenos días... sí. – carraspeó. – ¿No está Jaroh?...– La doctora se inclinó un poco hacia ella.

Ah, no yo soy la doctora Lilian Khan, vas a estar conmigo. –

Ah...– asintió Valentina.

Voy a atenderte yo, de hoy en adelante... o prefieres qué... –

No, no, estoy bien, creo que me siento más segura hablando con... – Iba a decir con alguien que entienda todo lo que pasó. – alguien que me recuerda a mi tía favorita. – La doctora sonrió y dejó a un lado la libreta con notas que sostenía en su mano izquierda.

Sabes, no voy a tratarte como a algún otro de mis pacientes, ¿Bien? – Hizo una pausa para recibir la aprobación de Valentina. – Eva, y su colega me han hablado de tu situación, pero yo, de manera particular no la conozco, ¿Te gustaría hablarme de eso? – Valentina tragó saliva.

ANTOLOGÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora