Noviembre 3, 2:22am, 2018.
Noche previa a la visita de Juliana al departamento de Eva.
Pareciera que los ojos le habían sido pegados con adhesivo al televisor. Nadie a esta hora estaba despierta. Eva se había ido del guest room, siempre optaba por ocupar su cama. Liza había sido la segunda en irse a la otra habitación, argumentando que "estaba muerta, y tenía horas de sueño que reponer", Irina como la mayoría de las veces, había sido la última en dejar sola a Valentina.
– ¿Piensas quedarte a velar? – Valentina le sonrió. – No va a pasar nada si dejas la televisión sola, el títere del triciclo no es real Val. – la ojiazul se rió.
– Te juro que tengo nada de sueño. –
– ¿No tienes la cita con Camilla y Grace mañana? – Valentina asintió. – La maldita suerte que tienes, solo porque a ti se te ven bien las ojeras, tener una apariencia cadavérica te hace más guapa, es un crimen de odio contra nosotras Valentina, ugh. – Valentina rió bajito.
Se quedó mirando a Irina por unos segundos, ¿debía decirlo lo de la caja que había encontrado días atrás? Ese mismo día que se negó a salir con Fabiana.
Por supuesto que no. Sino lo había hecho a principio cuando estaban todas no lo haría ahora, de por sí ya se sentía patética al cargar con la caja en su bolso como para traerlo a colación.
– ¿Todo bien? – preguntó Irina.
– Sí, todo bien Iri. –
– ¿Segura?– preguntó Irina regresando poco a poco.
– Sí, solo... – la caja, la caja... Valentina, dile sobre la caja. – Nada, que los sueños, son muecho de repente, pienso en todos a la vez, y el trabajo, son tantas cosas que me abruman, dentro de otras que me abruman más, pero solo necesito relajarme, pasarla con ustedes y respirar, todo está bien. –
Irina se acercó a ella sentándose al costado de la cama. Valentina conocía perfecto ese gesto en la cara de su amiga. Irina no era juegos y bromas todo el tiempo, menos cuando se trataba del bien común de quienes quería.
– Muñecas rusas Val. – Valentina la miró confundida, eso a qué venía. – La muñecas, las conoces, ¿no?– Valentina asintió. – Mira, no tienen que ser precisamente muñecas rusas, pueden ser cajas si quieres, a lo que voy es que son como los pensamientos, tienes que ir revisándolos uno a la vez, siempre uno a la vez, y tomarte el tiempo con el que estás... porque nunca sabes que tanto habrá dentro. – Valentina tragó fuerte. La analogía de Irina le había dado terror y su pobre amiga no tenía idea.
– Baby steps Val, if it's too much, call it off... baby steps... okay? – Valentina asintió con una sonrisa, no tan real como las otras.
– Okay, te lo juro rusita. – Irina la golpeó en el hombro.
– Ahora, si me permites iré a vomitar todo ese sentimiento que queda en mi corazón después de esto. – Valentina se rió fuerte esta vez y cubrió su vida de inmediato.
– Sh, la gente duerme Valentina Carvajal, cállate. – Valentina le arrojó un cojín a su amiga. – Descansa esas ojeras, por favor. –
– También descansa, tonta. –
– Has una lista de todos los productos fuera de lo ordinario que veas en infomerciales, comparamos otro día con la mía. – Valentina rió.
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ANTOLOGÍA
Romance|AU JULIANTINA| Juliana es una aspirante a supermodelo con deseos de ser una futura diseñadora, mientras que Valentina trabaja para una editorial con la que soñó trabajar desde siempre. En su viaje yendo ambas por la vida, juntas descubrieron que...